Hoy culmina el desfile de cajas con firmas que respaldan las preguntas que los partidos proponen, para hacerse más populares en las elecciones.
El presidente del PRI, Cesar Camacho, estará hoy en el Senado de la República con 5.5 millones de firmas.
Los priistas quieren preguntarle al electorado si quiere 100 diputados y 32 senadores menos.
La respuesta es tan obvia que hace innecesaria la pregunta, con todo y que algunos especialistas en la materia se opongan a la medida.
Y es que los opositores a la medida alegan que las minorías podrían perder representatividad.
Parece que olvidan que las mayorías o las minorías parlamentarias nunca han representado a los ciudadanos, sino a sus jefes políticos.
Ya puso el grito en el cielo
Gustavo Madero no solo ya dio su grito, sino que también lo puso en el cielo.
Y es que ahora resulta que el presidente de Acción Nacional dice que el Gobierno Federal no está respetando la soberanía del estado del Sonora.
Y todo porque los funcionarios del gobierno Federal están investigando la legalidad de la presa que el gobernador Guillermo Padres tiene en su rancho.
¿Qué no habíamos quedado en que no debía haber nadie por encima de la ley?
Si la autoridad federal no está respetando la soberanía constitucional del estado de Sonora, el gobernador de Sonora debería estar interponiendo, pero ya, los medios de defensa que las leyes previenen para esos casos.
Y si el ciudadano Guillermo Padrés considera que alguna autoridad del gobierno federal está violando sus garantías individuales, también podría solicitar el amparo y protección de la justicia Federal.
El problema, por lo tanto, no debería resolverse “con el dialogo” como exige el presidente del PAN.
Eso sería tanto como negociar que no se aplique la ley, si es que la famosa presa es ilegal tan solo porque está en el rancho de un gobernador del PAN. ¿O no?
Por sus preguntas los conoceréis
Del interrogatorio que el Instituto Electoral del Distrito Federal le practicó a Claudia Priscila Martínez, “enganchadora” de las “edecanes” de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, y que Carmen Aristegui dio a conocer el viernes pasado, se desprende que en el IEDF nunca hubo voluntad para conocer la verdad.
Y es que las preguntas son tan simples y tan ingenuas, que ni a la Caperucita Roja se le hubiera ocurrido hacerlas.
