¿Recuerdan que en 2022, Rafael González Chío, entonces brazo derecho de Juan Ignacio Barragán, fue despedido del cargo de director adjunto de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey? Pues allegados a la empresa señalan que el exfuncionario sigue haciendo de las suyas.
El oriundo de Ciudad Victoria, Tamaulipas, llegó a Nuevo León invitado por Barragán a principios de este sexenio como director general adjunto, pero fue cesado por instrucciones del gobernador Samuel García, debido a presuntos manejos turbios que habrían sido detectados.
Sin embargo, nos cuentan que a los pocos meses volvió como coordinador general, pero sin plaza directa en la paraestatal, sino por servicios de honorarios.
La polémica en torno a González continúa, ya que señalan que ha comenzado a destituir a personal con trayectoria para traer a gente de su confianza.
Entre otras cosas, se le atribuyen a él las fallas, hace unos meses, en las tuberías en Santa Catarina y García, que dejaron sin el suministro muchas semanas a la población.
Quién sabe si el gobernador está enterado de esta situación.
Cambia el escenario político
En los últimos días, las fuerzas políticas de Nuevo León están propiciando la buena voluntad, pero sigue habiendo dudas de cuánto puede durar este “romance” por el bien del estado.
Hay que reconocer que tiene que ser positivo que el gobernador Samuel García haya tenido la voluntad de sentarse con los alcaldes metropolitanos y de la periferia, en especial con el edil regio, Adrián de la Garza.
Nos dicen que este diálogo durará al menos hasta diciembre, que es cuando se tiene que aprobar el presupuesto de egresos y la deuda para el otro año, además del pendiente del Fondo de los Municipios, y que después cada fuerza política tendrá que iniciar su proyecto para la siguiente elección.
Sin duda, el reparto de los recursos podría ser clave para poner en la congeladora la sanción contra el mandatario, así como los dos juicios políticos, que están en manos de los diputados del Congreso local.
El túnel y el atirantado
La situación del Túnel de la Loma Larga y también del Puente Atirantado, en cuanto a mantenimiento se refiere, tiene angustiados a los alcaldes de Monterrey, Adrián de la Garza y de San Pedro, Mauricio Fernández.
El detalle es que el mantenimiento es nulo en ambas partes, ya que no basta solo con labores de pintura y limpieza.
La información que tienen los ediles, es que con el paso de los años y la falta de mantenimiento, ya se generaron riesgos, tanto en el túnel como en el puente.
La preocupación llegó ya incluso al Congreso del estado, por lo que la diputada panista, Claudia Caballero, busca proponer un acuerdo para dar el respectivo mantenimiento.
El lunes, por lo pronto, subirá a la tribuna para informar de lo que planea.
Claro, para eso se ocupan recursos, y si los alcaldes no tienen nada en caja, va a ser difícil hacer los trabajos este año.
