Los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación mantuvieron e incluso elevaron el nivel de la crisis en la que se mantiene el órgano, con diferentes posicionamientos públicos a través de escritos, tanto del magistrado presidente, Reyes Rodríguez, como de los tres que exigen su renuncia, Felipe de la Mata, Mónica Soto y Felipe Fuentes. Algo que ya quedó muy claro es que la permanencia de Rodríguez Mondragón al frente de la Sala Superior es insostenible, e incluso, si pretendiera alargarla más allá del día de hoy, podría haber consecuencias muy serias. Pero, por el otro lado, lo cierto es que quien llegue a ocupar el cargo, llegará a una posición con una muy clara división y sobre todo, con mucha inestabilidad, como se ha visto en las últimas presidencias. Y en el horizonte, los dos nombramientos pendientes de magistrados, que, cómo no, podrían volver a cambiar los equilibrios. Lo dicho, la salida que venga será solo temporal, en un tribunal acostumbrado a vivir en crisis permanente en los últimos años.
Sucesión no exenta de polémica
Y pasando al INAI, quien tampoco llega con todas las cartas a su favor aparentemente es el comisionado Adrián Alcalá, quien ayer se convirtió en el relevo de Blanca Lilia Ibarra al frente del órgano garante de la transparencia, pero lo hizo hasta después de una tercera ronda empatado en votos con Josefina Román, por lo que tuvo que ser el voto de calidad de la expresidenta el que terminara definiendo. Pero, eso fue lo de menos, pues ya desde el inicio de la sesión se comenzó a complicar, después de que Norma Julieta del Río, quien se esperaba fuera la “rival” de Alcalá, desistiera de sus aspiraciones, para apoyar a Román y de paso, descalificar al hoy presidente, de quien, sin mencionar su nombre, dijo que no tiene la solvencia ética ni moral para llevar las riendas del instituto. Si así empezaron, ¿cómo seguirán?
