Redes de Poder: Un comienzo con desaire

Los dos bandos están ya muy marcados y se teme que el choque pueda terminar afectando el buen funcionamiento del Tribunal Electoral
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El pleno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación continúa en su muy particular guerra fría y las posibilidades de una salida a la crisis institucional que se vive en sus pasillos se ven aún lejanas, por no decir que imposibles. Después de un muy convulso cierre de año, en el que las pugnas orillaron a la renuncia de Reyes Rodríguez  a la presidencia, su sucesora, la magistrada Mónica Soto, no tuvo el mejor inicio, pues en su primer acto oficial como presidenta, el izamiento de bandera, el propio Rodríguez y la magistrada Janine Otálora le hicieron el vacío y se ausentaron, enviando un mensaje muy claro al resto de los magistrados.

Los dos bandos están ya muy marcados y lo que se teme es que este choque pueda terminar afectando el buen funcionamiento del Tribunal que calificará el proceso electoral en puerta, que no será nada sencillo. ¿Será que mal acaba lo que mal empieza?

Exhibida por dobletear

Quien quedó en una posición muy incómoda fue Merilyn Gómez Pozos, titular de la Unidad de Normatividad de Medios de Comunicación de la Secretaría de Gobernación, quien apareció el martes para interponer denuncias contra Xóchitl Gálvez y Pablo Lemus. El detalle es que la funcionaria resultó exhibida, pues nadie en la Segob sabía que ya andaba en campaña. De nada sirvió que intentara alegar que acababa de presentar su renuncia al cargo.

Este caso revela un modus operandi en Morena, porque casi todos sus aspirantes e integrantes de equipos de campaña siguen cobrando sueldos como legisladores, regidores o funcionarios. Empezando por la propia Claudia Delgadillo, quien ayer terminó su precampaña a la gubernatura, pero nunca dejó de cobrar como diputada federal; mismo caso que Hamlet Almaguer, quien funge como su vocero. La precandidata al Senado, Rocío Corona, tampoco pidió licencia como diputada federal.

Tampoco lo hicieron Mariana Fernández, Chema Martínez o Candelaria Ochoa, quienes aspiran a una nominación mientras cobran por un puesto que desempeñan a medias, si acaso.

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