La situación interna en Morena, debido a la creciente inconformidad por la repartición de candidaturas y los cuestionamientos hacia su dirigente, Mario Delgado, no constituían el escenario propicio para sumarle más polémica al otorgarle una pluri para el Senado al exgobernador Alfredo del Mazo, quien finalmente no será incluido por el partido guinda, aunque la posibilidad, nos dicen, fue muy real. Lo que sí queda muy claro es que al expriista no se le va a quitar la mancha de haber entregado el Estado de México en bandeja de plata a la 4T. Y seguramente esperará su recompensa, si no se pudo en el Senado, quién sabe apunte a la administración federal el próximo sexenio o un exilio dorado como alguno de los otros exgobernadores. Ya lo veremos.
Suerte familiar
De entre lo más sonado de la insaculación de Morena para sus candidaturas al Congreso federal, fue que saliera sorteado Américo Villarreal Santiago, hijo del gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya. No hay duda de que a unas familias la fortuna les sonríe más que a otras, pues mientras el mandatario sigue contando con el favor de Palacio Nacional y de su partido a pesar del desgobierno que vive su entidad, ahora su hijo tendrá un escaño por seis años. ¡Qué buena suerte!
No me ayudes, presidente
Esto es lo que debe estar pensando el exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hoy parte del equipo de Claudia Sheinbaum, Arturo Zaldívar, después de que públicamente el día de ayer, el presidente López Obrador, reconociera que “respetuosamente” intervino en algunas decisiones del Poder Judicial durante el periodo de Zaldívar como presidente. Y es que una cosa es tener afinidad con un proyecto político o renunciar anticipadamente para sumarse a la campaña de una candidata presidencial y otra es permitir la injerencia del Ejecutivo en las decisiones del Judicial. ¿Y la división de poderes? Peor, pues recordemos que en su momento, Zaldívar se quejó de los supuestos intentos de Felipe Calderón, durante su sexenio, de interferir en los asuntos de la Corte. Así va quedando en el camino el prestigio de un exministro.