Nos informan que después del susto que vivió Pemex tras el hackeo a su red informática y la exigencia del rescate por alrededor de 5.3 millones de dólares en bitcoins, la empresa se enfrenta a un nuevo dilema: recuperar la información perdida, sobre todo, porque en muchos de los casos no existía un respaldo de la misma, a pesar de que hasta el mismo secretario de Hacienda jura que no se comprometió nada importante.
A pesar de que se han restablecido la mayoría de los equipos, en varios estados la situación ha obligado a los trabajadores de las áreas afectadas a solicitar a otros de sus compañeros copias de los archivos de los balances que se hacen, ya que, literal, se quedaron en blanco.
La pregunta que queda en el aire es si la petrolera está preparada para enfrentar un nuevo ciberataque, en especial porque para el próximo año tal vez Hacienda le asfixiará más el presupuesto al área de seguridad informática.
Coerción Presupuestal
Al interior de Morena al parecer la democracia poco importa. Fuentes en el Congreso de la Unión nos cuentan que Mario Delgado quiere que a fuerza el presupuesto se vote en el pleno, pues así podría revisar que todos los diputados vayan a favor del PEF, ya que muchos están inconformes.
Por ese motivo nos aseguran que los obligaron a firmar una carta en la que se comprometen a apoyar la aprobación del gasto. Atentos.
Superdelegados en la mira
Una de las motivaciones de AMLO para crear la figura de los superdelegados era terminar con las intermediaciones en la entrega de apoyos y con ello los actos de corrupción.
El día de ayer, Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, confirmó que dos delegados estatales son investigados por irregularidades, sin embargo en total hay 9 casos que indaga la Secretaría de la Función Pública. Después de la renuncia de Carlos Lomelí a la delegación de Jalisco por un probable conflicto de interés, los hombres de confianza que el presidente colocó vuelven a estar en la mira de la autoridad.