Difícil saber si la situación llegó a tal extremo de realmente pedir la dimisión de Piña, pero de que las aguas están bajando revueltas, lo están. Foto: Especial

Redes de Poder: Salto sin red

Algunos de los trabajadores, jueces o magistrados del Poder Judicial, habían mostrado su desacuerdo por algunas de las posturas de la ministra presidenta

Con las continuas y prolongadas ausencias de Francisco Estrada, secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), de su puesto, comenzaron a saltar protagonistas con el objetivo de mudar parte de la estructura morenista que opera en la CNDH a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, a través de la postulación de Hilda Téllez Lino Hilda, encargada de despacho de la Dirección General de la Tercera Visitaduría General de la CNDH.

Nos cuentan que ella ya se ve en la Comisión de la Ciudad de México. Aunque ya laboró en esa dependencia y su imagen no es bien vista por trabajadores de la Comisión, anda motivada por su cercanía con Martí Batres y presume que gracias a esa amistad podrá escalar de nuevo en su carrera dentro de la CNDH, ya que Estrada se mantiene alejado y el grupo de Rosario Piedra sabe que estará complicado quedarse otros cinco años en las oficinas de San Jerónimo. Atentos.

La Corte, presión también desde adentro

El hecho de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya salido a desmentir, a través de un comunicado oficial, las versiones de problemas entre los ministros e incluso una solicitud para que Norma Piña renuncie a la presidencia del Poder Judicial, más que calmar las aguas, nos dicen, parece ser un síntoma de la presión que se vive también al interior.

Y es que, como adelantamos en este espacio, algunos de los trabajadores, jueces o magistrados del Poder Judicial, habían mostrado su desacuerdo por algunas de las posturas de la ministra presidenta e incluso le habrían pedido mesura, lo que ya era un signo de que ante la profunda transformación que se viene para este Poder, había mucha inquietud y posturas encontradas, sobre todo por la posición, y precisamente, por el diálogo  con el resto de los actores políticos.

Difícil saber si la situación llegó a tal extremo de realmente pedir la dimisión de Piña, pero de que las aguas están bajando revueltas, lo están. Y no parece que la situación mejore en las próximas semanas.

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