Redes de Poder: Reelección no será automática
En las alcaldías que gobiernan en coalición, los alcaldes y alcaldesas no tienen asegurada automáticamente la candidatura de oposición
Redes de PoderNos dicen que en la Ciudad de México ya se empieza a avanzar sobre terreno firme en lo que serían los últimos detalles a acordar entre el PAN, PRI y PRD rumbo a su coalición electoral en 2024, y es que, más allá de la “repartición” de posiciones o las definiciones internas por la candidatura a la Jefatura de Gobierno, en donde los principales actores de la alianza Va por México están hilando muy fino es en lo que respecta a las alcaldías. Parece que todo va a partir de que, en las alcaldías que gobiernan en coalición, los alcaldes y alcaldesas no tienen asegurada automáticamente la candidatura para la reelección. Quitando a los que vayan a buscar otra candidatura, ya sea en la elección local o buscando una curul federal, la intención es que haya una evaluación de cada demarcación, incluso realizada con apoyo externo para asegurar la certidumbre, y con base en ello tomar las mejores determinaciones. Y es que, nos dicen, en algunas alcaldías ya andan algunos apuntados en caso de que no se repita la candidatura de 2021. Atentos.
Los llamados de Rocha
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, parece ser uno de los más claros ejemplos de cómo hacer un llamado que no se está dispuesto a cumplir. Esto por la llamada de atención que le dio a los alcaldes de Sinaloa, a quienes dijo que deben “aguantarse” y no estar pensando en su próxima aspiración política para las elecciones de 2024 y descuidar su actual encargo. En principio una declaración que parece adecuada y más viniendo del titular del Ejecutivo local, pero que pierde credibilidad por venir precisamente de Rocha. Y más porque esta misma semana le tocó regaño desde Palacio Nacional, pues aunque se quiso matizar, la advertencia del presidente López Obrador hacia Rocha, para que no mostrara apoyo abierto a alguna de las “corcholatas” presidenciales no fue un tema preventivo, sino que, nos dicen, fue más bien un regaño porque el gobernador ya estaba más preocupado por operar políticamente para la sucesión en la Presidencia que por mantener la gobernabilidad en su entidad.