Los comicios de este domingo en 6 entidades, más allá de la renovación de gubernaturas, alcaldías y Congresos locales, tendrán un efecto dominó al interior de los principales partidos políticos. En Morena, por ejemplo, la expectativa es de un triunfo en la gran mayoría de los puestos de elección, lo que fortalecería la posición de la dirigente nacional Yeidckol Polevnsky rumbo a la renovación de los órganos partidistas programada para el mes de octubre, a pesar de que hay diversos grupos opositores al interior del partido guinda que buscan desbancarla. En el PAN, los opositores a Marko Cortés ya están esperando la confirmación de lo que apunta a ser un nuevo naufragio blanquiazul para exigir la rendición de cuentas del presidente del partido, e inclusive pedirle su renuncia para iniciar (otra) reconstrucción interna. En el PRI no se espera otra cosa que la continuidad de su crisis electoral, lo que pondrá en entredicho el liderazgo de Claudia Ruiz Massieu para encabezar el proceso interno para la elección de la nueva dirigencia. Las secuelas del resultado del próximo domingo serán trascendentales para el futuro de los diversos institutos políticos.
Ebrard queda mal parado
La nueva ofensiva de Trump contra México, en forma de aranceles del 5 por ciento a todos los productos mexicanos, deja particularmente señalado al secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard. La razón: el canciller estuvo apenas hace unos días en Washington, en donde sostuvo, junto a la embajadora Martha Bárcena, una reunión con el asesor presidencial y yerno de Trump, Jared Kushner. Por lo visto, la visita de Ebrard, no fue suficiente para evitar este nuevo golpe. Ahora, al encabezar el diálogo del Gobierno mexicano con el estadounidense tiene una oportunidad y una tarea fundamental para intentar llegar a una solución sin entrar en la confrontación.
Las cuentas de Reyes Baeza
Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, difícilmente será el único alto funcionario de la administración pasada en tener que rendir cuentas ante la justicia. El que anda muy preocupado, nos comentan, es el exdirector del ISSSTE, Jesús Reyes Baeza, a quien nada más no le cuadran las cuentas durante su gestión en el Instituto, así como tampoco las de sus proveedores predilectos. Atentos.