La “declinación” del Partido del Trabajo (a nivel nacional) en favor del candidato de Morena en Coahuila, Armando Guadiana, pareció más una claudicación del partido de Alberto Anaya, que un movimiento con el cual se busque realmente incidir en el resultado. Y no solo porque el anuncio llega muy tarde y porque no se consideró al candidato petista ni a aquellos que han trabajado en la campaña, sino por las condiciones en las que se pactó. Después de que decidieran ir solos en la elección a la gubernatura y con ello, sumado a otras acciones, pretendieran condicionar e incluso vender más cara su alianza con Morena, finalmente terminan reculando y ahora sin duda la cotización del PT se ha ido a la baja. Parece que fueron los últimos en enterarse de que, sin la alianza con Morena y el arrastre que les da el partido guinda, son prácticamente intrascendentes. Que no se olvide que el PT no ha ganado jamás una gubernatura. Seguramente se quedaron sin ganas de ponerle condiciones al mandamás de la coalición.
Morena y Delgado, ganadores
Simbólicas o no, las declinaciones del PT y del Partido Verde por Armando Guadiana en Coahuila muestran que Morena, con el liderazgo de Mario Delgado, sigue al centro de la alianza que encumbró al presidente López Obrador en 2018. Ante los contundentes resultados electorales de Delgado, descarriarse no auguraba ningún futuro para las cúpulas petistas y ecologistas en 2024.
Cierre sin sobresaltos
Contrario a lo que muchos pronosticaban, este miércoles se cierra el periodo de campañas en el Estado de México prácticamente sin sobresaltos y sin que las dos candidatas se hayan lanzado frontalmente la una contra la otra. El domingo se podrá conocer a quién le resultó mejor esta estrategia, pues si bien hubo algunas polémicas y algunos intercambios entre Alejandra del Moral y Delfina Gómez, o entre sus equipos, lo cierto es que no hubo guerra sucia ni mucho menos, aunque algunos dirán que también fue una campaña carente de emociones. No se esperan sorpresas en este último día, aunque uno nunca sabe.