Por más que sea la cuenta final de los votos la que finalmente oficialice el triunfo de Ricardo Aldana como nuevo dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), no es menos cierto que la autodenominaba “Cuarta Transformación” también hizo su parte, por acción u omisión, para que, a pesar de las documentadas prácticas de corrupción, las amenazas a los trabajadores y hasta el fraude, se haya permitido que los mismos personajes continúen controlando el STPRM, un grupo que ha mantenido acorralada a Pemex y que le ha impedido por décadas alcanzar su potencia. Es una lástima que se haya dejado pasar una oportunidad histórica de intentar enmendar el pasado y propiciar un nuevo modelo de sindicalismo.
Trabajadores en defensa de la reforma
Fue en la mañanera del día de ayer en la que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que en la defensa de su iniciativa de reforma constitucional participarán hasta los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Dijo que no solo los técnicos, también los trabajadores de la empresa están defendiendo la reforma y se van a manifestar, van a expresar su apoyo a la reforma. Aseguró que esta reforma está despertando el interés público por lo que es necesario que no solo los diputados definan si están favor de fortalecer la CFE o de apoyar a empresas como Iberdrola, sino que también aclaren sus posturas otros actores como el historiador Enrique Krauze que apoya a la empresa Oxxo, de Femsa, la que, dijo, tenía o tiene la práctica de contratar políticos para sus relaciones públicas.
Accidentado arranque
“Lambiscones”, “vulgares mentirosos”, “corruptos” y hasta “focas aplaudidoras” fueron algunos de los calificativos que afloraron de boca de algunos de los senadores durante el primer día de sesiones del periodo ordinario. Pero la cosa no quedó ahí: por primera ocasión en la historia moderna del Senado, desalojaron a reporteros, fotógrafos y camarógrafos del Salón de Plenos, pues elementos de Resguardo Parlamentario argumentaron que, por indicaciones de la Mesa Directiva, solo los trabajadores del Canal del Congreso podían permanecer.
Ante ello, la presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero, negó tajantemente que se haya tomado esa decisión, incluso, desde la tribuna, refrendó el respeto al ejercicio periodístico y la libertad de expresión, por lo que ofreció una disculpa a los y las periodistas. Entonces, ¿Resguardo Parlamentario se manda solo?