Ante el rechazo del Congreso Local al endeudamiento de Agua y Drenaje, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, acusó al PAN de buscar la generación de una nueva crisis hídrica en la entidad con fines electorales, sin importar las necesidades de la ciudadanía.
Al participar en un evento en honor al empresario Carlos Bremer, el mandatario estatal criticó que la oposición legislativa haya manifestado que no piensa aprobar el financiamiento de mil 800 millones de pesos para la paraestatal, afirmando que la negativa tiene tintes electorales.
Pero el tema no quedó ahí, pues el mandatario se fue incluso más frontal contra sus adversarios políticos y afirmó que el partido blanquiazul ha ido perdiendo el apoyo popular del que gozó en décadas pasadas, asegurando que “ya nadie los quiere”.
Incluso los llamó partido “chiquitito”, asegurando que sus simpatías no llegan ni al cinco por ciento, aunque quien sabe de dónde sacó esa cifra, que tampoco parece muy acertada.
Ojalá que, mientras ambos lados siguen enfrascados en su pugna, también volteen hacia la crisis que se avecina, precisamente por el agua.
Cuestionable intervención de Jesús Viejo
Ahora resulta que Jesús Viejo González, quien lidera el Consejo Nuevo León, a petición del gobernador Samuel García, será el conductor de un acuerdo entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, integrado por mayoría del PRI y PAN.
García pretende destrabar el presupuesto 2024, y contratar más deuda a través de Viejo González. Sin duda, resultaría inadmisible que el Consejo Nuevo León acepte endeudar aún más las arcas del Gobierno.
El objetivo de este órgano es proponer en materia de planeación estratégica y su evaluación, y si va a promover como lo hicieron en el tema del agua, donde prefieren construir la Presa Libertad en lugar del Cuchillo II o buscar otra fuente de líquido, tendremos un desastre en el tema financiero.
Hay que recordarle al Consejo Nuevo León que al día de hoy, la deuda del estado asciende a más de 63 mil millones, lo que representa casi la mitad del presupuesto del 2023.
Sin duda, Viejo González tendría que hacerse a un lado y dejar que el mandatario destrabe con los diputados el presupuesto, claro, sin deuda.
