Mauricio Fernández, quien fuera en tres ocasiones alcalde de San Pedro, apareció, pero no en sus redes sociales, donde se le ha visto dando tips de cómo preparar bebidas o comidas exóticas, sino en el escenario político.
La presencia de Fernández en la postulación de Juan Pablo Castuera, quien buscará la dirigencia del PAN en el municipio sampetrino, es un mensaje claro de que la prioridad para este grupo político es recuperar esta localidad considerada la “joya de la corona” en Nuevo León.
Guste o no, Fernández aún cuenta con mucha simpatía entre los habitantes de San Pedro. Y los panistas ya perciben que las posibilidades de pintar de azul y blanco a San Pedro son altas, pues las dos gestiones de Miguel Treviño tienen muchos reclamos.
Por cierto, no hay que olvidar que Treviño lleva casi cuatro años sin aportar los 25 millones de pesos que se requieren para acabar el museo La Milarca en el parque Rufino Tamayo, lugar para el que Fernández donó las piezas, lo que sólo ha generado cuestionamientos sobre Treviño, al tratarse un espacio público y que pareciera que lo ha tomado de rehén para intereses políticos.
Empresario serán juez y parte en Calidad del Aire
Ahora que Alfonso Martínez, secretario de Medio Ambiente estatal, anunció el Plan Integral para la Gestión de la Calidad del Aire (Pigeca), parece que éste ya nace cuestionado. La sola presencia de empresarios en este proyecto, la cual Martínez confirmó, para aportar “ideas” de cómo bajar las emisiones, implica en la práctica que se convertirán en juez y parte.
Esto le resta sentido a este plan, y sólo habla de que Martínez busca ganar tiempo, pues en casi un año que lleva al frente de la Secretaría de Medio Ambiente no ha podido bajar los días con mala calidad de aire, sino que, al contrario, han aumentado.
El funcionario tendría que pensar en cómo seguir la recomendación del estudio realizado por el Centro Mario Molina, que advierte, entre otras cosas, que las empresas Ternium y Cemex tendrían que ser reubicadas fuera de la Zona Metropolitana de Monterrey.
Sin duda, el Congreso tendría que llamar a cuentas al funcionario por la falta de resultados para tener un aire limpio y, sobre todo, por los problemas de salud que están afectando a los neoleoneses.