Los intentos por parte de la Secretaría de Medio Ambiente, a cargo de Alfonso Martínez, para culpar a la refinería de Pemex de los problemas de contaminación en Cadereyta, fueron exhibidos. Resulta que las partículas PM 2.5 bajaron del 2019 a 2022 en el municipio de Cadereyta.
Sin embargo, el funcionario aseguró que las emisiones de esta empresa pública no son captadas por la estación de monitoreo ambiental en esta entidad, porque son muy altas en verano y solo en invierno se pueden registrar.
O sea, Martínez busca espacio en los medios para desprestigiar a Pemex, cuando ni siquiera la mayor parte del año la estación de monitoreo tiene la capacidad de registrar las partículas PM 2.5 de esta empresa.
Sin duda, Alfonso Martínez es un funcionario que carece de profesionalismo y ética, porque ni siquiera menciona a empresas como Ternium o Iberdrola, que también operan en la zona y se ha demostrado que contaminan. Por su falta de objetividad, el titular de Medio Ambiente intenta seguir culpando a los automóviles de la mala calidad del aire que permanece en la Zona Metropolitana de Monterrey.
En riesgo atractivo de inversión
Casi un mes después, el gobernador Samuel García se reunió, durante el fin de semana, con secretarios y directores de su administración. Un tema que llama mucho la atención, es que el mandatario presume mucho la llegada inversión extranjera, es decir, el arribo de más empresas a la entidad.
Pareciera que el mandatario no se ha dado cuenta que Nuevo León se encuentra en una situación crítica por la falta de agua, de una buena movilidad y ni que decir de la poca calidad de vida que la entidad ofrece a sus habitantes.
Todo apunta que al mandatario, el director de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán, no le habla con la verdad. La realidad es que Barragán, nos dicen, tendría que decirle que no hay nuevas fuentes de agua.
Y sin la posibilidad de garantizar que estas empresas siempre contarán con agua, se ponen en riesgo las nuevas inversiones. Samuel García, más allá del rumor de que no fue invitado al Foro Económico Mundial en Davos tendría que reconocer la realidad del estado que gobierna y trabajar para resolver sus problemas.