Qué le habrá pasado el día de ayer a Alfonso Martínez, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, en su rueda de prensa en la que presentó una supuesta encuesta ciudadana de percepción sobre la contaminación.
Pero, lo más lamentable para el funcionario, quien cuenta con la carrera profesional de médico veterinario, fue que realmente los neoleoneses, con sus respuestas, dejaron en claro que están informados sobre este tema.
Y respondieron, según el sondeo del funcionario, que la industria privada es la primera fuente contaminante, lo que acaba por completo con su versión de que la Refinería de Cadereyta es la única causante de la mala calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey.
Incluso, se desacredita el estudio del llamado Plan Integral de la Gestión de Aire, el cual, según el Martínez, determinó que la Refinería de Cadereyta aporta el 90 por ciento de dióxido de azufre presente en el ambiente.
Ahora sí que Alfonso Martínez se “pegó un tiro en el pie”. Porque tanto que evitó hablar de las emisiones contaminantes de la industria privada y al final fueron los propios ciudadanos quienes lo exhibieron.
Violencia sigue incontrolable
Nuevo León volvió a ser noticia nacional, pero no por una buena razón.
Este estado se convirtió el pasado lunes en la entidad más violenta de todo México, tras registrar, en tan solo 24 horas, 10 homicidios, una cantidad por encima de Jalisco y del Estado de México, esto según cifras reportadas por todas las fiscalías y dependencias federales.
Sin duda, la estrategia de una policía de segundo piso del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Gerardo Palacios Pámanes, simplemente se ha quedado corta, por no decir que ha fracasado estrepitosamente.
Solo falta que en próximos días el jefe policiaco salga a decir que él tiene otros datos, porque entonces los ciudadanos estarán ante un funcionario que no acepta la realidad, y eso es mucho más delicado.
La verdad es que la Secretaría de Seguridad tendría que considerar otras opciones, incluso a un esquema de colaboración de reconstrucción del tejido social en conjunto con la Secretaría de Igualdad e Inclusión, a cargo de Martha Herrera, para sacar a los jóvenes no solo de las drogas, sino para evitar reclutados por el crimen organizado.
Una estrategia que no es ocurrencia, pues así lo han sugerido muchos expertos, y que pareciera que no se ha valorado.
