La carencia de infraestructura, así como otras situaciones, han generado problemáticas sociales y mala calidad de vida en Nuevo León.
Gran parte se debe al crecimiento poblacional, así como al desarrollo desordenado de viviendas.
Respecto a la movilidad vehicular, las principales avenidas y calles aledañas están colapsadas, hoy no se cuenta con nuevas fuentes de agua, además de la falta de infraestructura de drenaje sanitario, el cual está a punto de tronar, pues tiene años que no se le inyectan recursos.
Tampoco hay herramientas para mitigar la contaminación, pues hay un déficit de árboles, por lo que los neoleoneses viven la mayor parte del tiempo con mala calidad del aire.
Ahora un nuevo problema ha estallado, pues la red eléctrica es insuficiente ante el crecimiento poblacional en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM).
Estos ejemplos son la muestra de que Nuevo León pronto se convertirá en el peor lugar para vivir.
Arce bajo la lupa
La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, cuyo encargado de despacho es Pedro Arce, está bajo la lupa por la investigación iniciada tras el fallecimiento de varias personas durante esta ola de calor.
Hoy, esta institución tiene que mostrar profesionalismo en el momento en que personal del Servicio Médico Forense haga las autopsias de las personas fallecidas para determinar sí murieron por un golpe de calor, todo sin levantar ninguna suspicacia sobre este tema.
Y más por el constante desprestigio que ha tenido por parte del Gobierno de Samuel García, y al que se han sumado diputados y dirigentes de Movimiento Ciudadano.
La responsabilidad de evitar que las personas mueran por un golpe de calor se concentra en el Gobierno central, el cual tiene que aplicar las medidas para evitar decesos.
Tal y como ocurre durante la temporada de huracanes o, como en el caso más reciente, la pandemia de COVID-19.
