Horacio Tijerina, dirigente de Movimiento Ciudadano (MC) en Nuevo León, acudió al Congreso local para evitar, según sus palabras, que “la vieja política de Medina” llegue a la Fiscalía General de Justicia de la entidad.
Esta aseveración podría ser cuestionada tomando en cuenta sus antecedentes políticos.
Tijerina reconoció que trabajó en la Procuraduría de Justicia estatal con Adrián de la Garza cuando fue procurador y de quien, por cierto, se refiere con mucho respeto como licenciado. Sin embargo, sus vínculos con los grupos de la “vieja política” no acaban ahí.
Habría que recordarle a Tijerina que también trabajó directamente con Humberto Medina Ainsle en la Consejería Jurídica del exgobernador Natividad González Parás. Es decir, si se toman al pie de la letra sus palabras, también se podría decir que él viene de las filas de esta vieja política.
¿Qué sentirían la diputada de MC, Iraís Reyes, y su coordinador de bancada, Eduardo Gaona, al estar dando una rueda de prensa donde Tijerina expuso estas ideas?
Tijerina con su presencia en el Poder Legislativo, sin duda también contribuye a politizar y complicar el proceso para la elección de fiscal de Nuevo León.
Fasci espera fiscal caído del cielo
Aldo Fasci Zuazua, vocero del Gobierno estatal, se quejó también sobre este proceso pues cree que la designación del nuevo fiscal general de Nuevo León no debería estar ligada a un grupo político.
En la lógica del vocero el próximo fiscal tendría que llegar directo del cielo, opinión que muchos neoleoneses compartirían para evitar que la entidad viva un estado de ingobernabilidad. La realidad es que Fasci Zuazua y otros actores no pueden pasar por alto que, por Ley, el fiscal se tiene que designar en el Congreso.
No hay que olvidar que las y los diputados fueron elegidos democráticamente y representan a la ciudadanía, le guste o no así son las reglas. Y de la forma en que los partidos están buscando controlar el proceso, Movimiento Ciudadano está jugando también para controlar el estado, además de a los poderes Legislativo y Judicial.
Sin duda, todo lo que está pasando en este proceso de selección evidencia que desde el Ejecutivo no se han podido construir consensos ni llegar a la conciliación, mucho menos cumplir acuerdos. Habrá que recordarle a Aldo que él también pertenece a un grupo político fotoarte: ¿Quién no?
