El Metro colapsó en la estación Universidad debido a varios factores, como el regreso a clases de estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y también por las reparaciones que se llevan a cabo.
Los usuarios, principalmente alumnos y trabajadores, sufrieron no solo al momento de tratar de abordar este transporte, sino también a la hora de querer bajar y tomar uno de los camiones que circulan por la urbe.
Aquí lo imperdonable, sin duda, es que no se apoyó a los ciudadanos al proporcionar más camiones por parte de la Secretaría de Movilidad, a cargo de Hernán Villarreal, cuando se trataba de una situación que pudo ser prevista. Y no es el único problema en lo referente al transporte público.
El diputado de Morena, Waldo Fernández, tronó por el aumento del 70 por ciento al Transmetro, una queja ciudadana que ha recibido constantemente, aseguró.
Waldo demandó y exigió al director de Metrorrey, Abraham Vargas, que regrese la tarifa de 6.50 pesos porque, dice el legislador, las nuevas unidades ahora tardan más tiempo en los recorridos.
La supuesta mejora a la movilidad a través de una reestructura ha sido un objetivo no cumplido por parte de Villarreal, quien debería buscar atender de manera inmediata este tema en lugar de andar buscando desmontar el Río Santa Catarina.
Renegociar el tratado de agua
La baja disponibilidad de agua superficial y subterránea en Nuevo León que dio a conocer el presidente Andrés Manuel López Obrador no es algo nuevo, pero sí es una situación de alarma.
Y como bien dice el presidente, se debe dar prioridad al consumo humano, punto que se espera sea cumplido a cabalidad.
Sin embargo, otra cosa que podría promover el mandatario es buscar una nueva negociación del tratado de agua de 1944 que se tiene con Estados Unidos, para que no se entregue tanto líquido destinado a uso humano, un pendiente que dejó el excanciller, Marcelo Ebrard.
Este medio adelantó en varias publicaciones que el estado necesita una nueva fuente de agua por el déficit que se tiene, y que, además, es prioritario un monitoreo preciso sobre los acuíferos de la Zona Metropolitana de Monterrey que hoy están abatidos. Esto para que no se llegue a extraer agua de más y cuidarlos.
El líquido que se tiene no puede sostener más a las embotelladoras de refresco y fábricas de cerveza.
