En el Congreso de Nuevo León se proyectan una serie de exhortos para que la Auditoría Superior del Estado, a cargo de Jorge Galván, lleve a cabo una revisión especial en varios rubros del Gobierno estatal. Uno sobre el gasto excesivo en Comunicación Social y otro respecto al bombardeo de nubes y, probablemente, uno más por el manejo del agua.
Pareciera que los diputados del PAN y PRI, cuyos coordinadores son Carlos de la Fuente y Heriberto Treviño, llegarán con todo en busca de la rendición de cuentas el próximo miércoles, día en que arranca el segundo periodo ordinario de sesiones del Segundo Año Legislativo.
Los ojos estarán puestos sobre el órgano fiscalizador por las dudas que se han generado en torno al manejo de recursos en el Gobierno de Samuel García, y sin duda, en ese contexto y con las presiones legislativas, la Auditoría tendrá mucho trabajo.
Pero, habrá que esperar a ver qué tan dispuestos están los diputados a seguir adelante con estos temas, pues no vaya a ser que se lleguen a un acuerdo con el mandatario, todo lo congelen, y regrese “el voto de confianza” de los legisladores al Ejecutivo.
Violencia sube de tono
El hallazgo en Nuevo León de restos mutilados no es un tema menor. Este hecho ocurrió en el área periférica de la Zona Metropolitana de Monterrey, en el municipio de Ciénega de Flores, lo cual evidencia que los ajustes de cuentas y la violencia ya son toda una realidad en la entidad, y que pareciera que la espiral no tiene fin.
Y aquí es donde las autoridades del Gobierno, y en especial Gerardo Palacios Pámanes, secretario de Seguridad Pública, tendrían que encontrar una estrategia eficiente para que estos hechos violentos sean erradicados por completo.
Lo cierto es que deberían explorar más alternativas para prevenir el delito. Habrá que recordarle a Samuel García y Gerardo Palacios que estos episodios extremos se vivieron en los años más violentos que sufrió la entidad, y que el hecho de encontrar una cabeza separada del cuerpo es considerada la máxima expresión de la delincuencia.
Veremos si es que las autoridades estatales anuncian un plan de seguridad en la zona periférica y si logran coordinarse con los 300 soldados del Ejército Mexicano que llegaron para apoyar las labores de vigilancia.
