Parece que Ana Gabriela Guevara, más que ir bajando las revoluciones en este cierre de su gestión, está aumentando el tono de la confrontación y de la soberbia. Al menos así se ha visto en sus primeras apariciones y declaraciones públicas tras su regreso de los Juegos Olímpicos.
Ya sea apuntando a sus críticos, a la presidenta del Comité Olímpico Mexicano, María José Alcalá o, como ha sido habitual, a los deportistas, la titular de la Comisión Nacional del Deporte no da tregua.
Quién sabe si sea porque, como se vislumbra, no está considerada para mantenerse en el cargo, pues ya hasta se barajan los nombres de sus sustitutos, o si bien, alimentando la polémica como lo ha hecho, logra que se desvíe un poco la atención a las irregularidades y anomalías en la dependencia que encabeza, o a las que puedan ir saliendo. Atentos.
Aguilar Romero no llega al lunes
Tiene las horas contadas. No parece que el aún titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, David Aguilar Romero, vaya a mantenerse en el puesto después de que se dieran a conocer el día de ayer las denuncias interpuestas en su contra por acoso sexual y laboral.
Aunque lo cierto es que esto ya era del conocimiento de la Secretaría de la Función Pública al parecer desde el mes de abril, el que se haya hecho público, con mensajes incluidos, lo deja en una situación muy comprometida.
Veremos qué postura toma el presidente López Obrador, quien seguramente será cuestionado en su conferencia sobre el tema, pero el próximo lunes, seguramente será otra persona quien presente en Palacio Nacional la sección “Quién es quién es de los precios”. Veremos.
Disputa sindical y familiar
Un futuro incierto, nos dice, se vislumbra para el Sindicato Único de Trabajadores de los Poderes, Municipios e Instituciones Descentralizadas del Estado de México en Naucalpan, ante la disputa familiar que ya arrojó un muerto tras el ataque en las oficinas de Toluca el día de ayer, donde resultó lesionado su dirigente Tomas Palomares Parra.
Y es que de por sí las autoridades ya traían en la mira al sindicato, pero ahora el enfrentamiento familiar los debilita aún más y complica su supervivencia. Parece que si se necesitaba una excusa para una intervención a fondo, los mismos líderes sindicales la sirvieron.