Sorprende a propios y extraños que el partido Morena parece estar siguiendo con esmero la receta perfecta para fracturarse por completo en el estado de Jalisco, primero, con la selección como candidata por la gubernatura de Claudia Delgadillo González, y ahora, con el aplazamiento de las fechas para definir sus candidaturas por las diputaciones locales y ayuntamientos.
Como es evidente, lo peor que le podía suceder a Morena en Jalisco era alargar el actual impasse en la determinación de sus candidaturas por las diputaciones y las alcaldías del estado, ante las batallas intestinas que se están librando actualmente al interior del partido entre sus distintos grupos y camarillas políticas.
Pese a ello, ahora los morenistas que realmente quieren que su partido sea competitivo y triunfe en esta elección, deberán afrontar que no conocerán a sus candidatas y candidatos por esos cargos de representación popular sino hasta el 24 de febrero, para el caso de las diputaciones; y hasta el 2 de marzo, para el caso de las alcaldías (en lugar del 3 de enero que se había fijado con anterioridad).
Lo que está sucediendo con Morena en Jalisco puede describirse de otra manera: mientras persista este impasse en la definición de sus candidatas y candidatos, particularmente por el nivel de gobierno más cercano a la sociedad: el municipal, el mensaje que manda el partido es que sigue sin tener una propuesta y un proyecto claros para los jaliscienses, no obstante la proximidad de la elección.
Todo lo anterior, sobre un suelo morenista que ya se hallaba fracturado luego de que la determinación de su dirigencia nacional beneficiara como candidata por la gubernatura a Delgadillo González, lo que fue leído como una jugosa concesión para el Partido Verde –del cual proviene aquella-, desplazando así a los grupos morenistas de mayor tradición en Jalisco, y pese a la pobre presencia que esa fuerza política que se asume ecológica tiene en el estado.
Este martes Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata presidencial de Morena, estará en Jalisco, por lo que varios morenistas tienen la fe puesta en ella y sus llamados a la unidad, como un antídoto para el actual escenario de confrontación y fragmentación que impera en ese partido en el estado.
Quizá sea hora, sin embargo, de que la candidata tome medidas más severas para poner orden entre las y los morenistas jaliscienses.
Mala señal
Mala señal la que representa el incendio deliberado que sufrió la camioneta asignada a la presidenta de Morena en Jalisco, Katia Castillo Lozano, durante la madrugada del sábado pasado. El partido Hagamos, aliado de Morena, lo denunció como un acto de “intimidación” para el bloque opositor. Es importante que las autoridades actúen antes de que se presenten nuevos actos violentos ante la proximidad de las elecciones.