Aunque la estructura territorial que ha consolidado el partido Movimiento Ciudadano en Jalisco se ha vuelto la envidia de los partidos de oposición, incluido Morena, hay un elemento que está en manos de los correligionarios del presidente López Obrador, que seguramente deja muy intranquilos a los naranjas: su impresionante maquinaria de programas sociales.
Hace unos días la delegada de los Programas para el Bienestar del Gobierno de México en Jalisco, Katia Meave Ferniza, expuso algunos datos sobre los alcances que han adquirido en el estado los apoyos que brinda la administración de López Obrador, que conducen a pensar que la elección por la gubernatura en el 2024 no será para nada una contienda sencilla para los emecistas:
Tan solo durante el año 2022, el Gobierno de López Obrador distribuyó entre los jaliscienses un cañonazo de 26 mil millones de pesos (MDP): “El año pasado tuvimos un universo de más de un millón y medio de jaliscienses que recibieron algún tipo de beneficio o apoyo de los programas federales”, dijo la funcionaria.
Y por si fuera poco, este año comenzará a distribuirse por primera vez en Jalisco el Programa Fertilizantes para el Bienestar, que había sido solicitado por los productores jaliscienses, y el cual podría llegar a 50 mil de estos.
Por el lado de los emecistas, la principal dependencia del estado que concentra los programas sociales, la Secretaría del Sistema de Asistencia Social, en manos de Alberto Esquer Gutiérrez –uno de los aspirantes a la candidatura del MC por Jalisco-, contará con el un presupuesto de 3 mil 590 millones de pesos, el más alto de su historia, según se informó el 29 de marzo.
El presupuesto para el gasto social del Gobierno de Jalisco no es cosa menor, pero está lejos de alcanzar el volumen del que dispersa la administración de López Obrador.
Culto a la personalidad
Para que no quepa duda de que en el Grupo Universidad tienen más importancia sus jefes políticos que las instituciones, y de que están orgullosos de su culto a la personalidad, el rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, anunció hace unos días que la Feria Internacional del Libro (FIL) no tendrá un presidente sino hasta el año 2025, tras el fallecimiento de Raúl Padilla López. “Eso es para nosotros el licenciado Raúl Padilla: insustituible”, dijo.
Una muestra más de que en el Grupo Universidad terminó por normalizarse el que un hombre se apropiara por más de tres décadas del destino de una institución pública (la casa de estudios y sus organismos). ¿Y el pensamiento crítico?
