La reciente protesta pública de militantes de Morena en Jalisco contra las determinaciones que está tomando ese partido para la selección de sus candidatas y candidatos, desde la capital del país, podría ser apenas la punta del iceberg de la profunda inconformidad que se está gestando al interior de sus filas, y sin pasar por alto que lo peor todavía estaría por venir.
Refieren los morenistas jaliscienses que la última inyección de indignación la recibieron cuando revisaron con detenimiento las postulaciones para las diputaciones federales de mayoría relativa, que en el caso de Jalisco beneficiaron a personajes como Javier Guízar Macías (distrito 1), con una larguísima trayectoria en cargos partidistas al interior del PRI.
Así como a Gustavo Aréchiga (distrito 10), otro priista de hueso colorado, pero al parecer operador político de todas las confianzas de Claudia Delgadillo González, la actual candidata de Morena por la gubernatura de Jalisco, lo cual habría sido determinante para que aquel resultara seleccionado pese a su falta de raíces en el morenismo jalisciense. Los vínculos entre ambos se habrían forjado, por lo tanto, desde que pertenecían a las filas priistas.
Otras postulaciones que tampoco cayeron bien entre los morenistas de Jalisco fueron las de Favio Castellanos Polanco (distrito 9), actualmente diputado federal de representación proporcional por Nuevo León, y dirigente de la Agrupación Política Nacional Humanismo Mexicano, vinculada con la polémica iglesia de La Luz del Mundo (la tarde de ayer fue elegido también como candidato plurinominal por una diputación federal).
E inclusive la de Katia Alejandra Castillo Lozano (distrito 20), quien, dado que funge como presidenta de Morena en Jalisco, ha ocasionado que militantes estén inconformes con su actuar, pues consideran que se aprovechó del cargo para beneficiarse, mientras muchos otros morenistas con historia en el partido están siendo totalmente ignorados por los dirigentes nacionales del instituto político.
Para el PT sí hubo premio
Y ni qué decir sobre la selección de José Luis Sánchez González (distrito 13), dirigente del Partido del Trabajo en Jalisco, quien fue premiado con una postulación, pese a que presuntamente cuenta con antecedentes penales tanto en Jalisco como en Nayarit por delitos como fraude. Al parecer ese pequeño detalle se consideró banal para los dirigentes de la cúpula morenista.
Finalmente, está el caso de Merilyn Gómez Pozos (distrito 11), quien se supone que funge como coordinadora de campaña en Jalisco de Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata presidencial del partido, por lo que hay morenistas que se cuestionan si dicho encargo de trascendencia puede llevarse a la par de una campaña política propia.
Y no obstante, aunque las cosas ya están que arden en el morenismo jalisciense, todavía falta que se anuncien las candidaturas por las alcaldías, un hecho que, en caso de llegar sin una labor política de conciliación, podría tener efectos catastróficos para la menguante unidad que muestra ese partido en el estado.
