La profunda crisis de gobernabilidad que creó el mandatario de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, en dicho estado, con su fallida y momentánea aventura presidencial, y el desafortunado desenlace que ha tenido su precandidatura por Movimiento Ciudadano, parecen estarle dando la razón al gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien advirtió en su momento que las cosas se estaban haciendo mal en ese partido político.
Baste recordar que el mandatario jalisciense advirtió desde mediados de este año 2023 que el dirigente máximo del partido MC, Dante Delgado Rannauro, estaba conduciendo deficientemente a los naranjas en lo concerniente a la estrategia que habría de implementar esa fuerza política de cara a la competencia presidencial del año 2024.
Como se recordará, Alfaro Ramírez y el bloque jalisciense que le es afín pugnaron porque MC evaluara con seriedad la posibilidad de apoyar la candidatura de Xóchitl Gálvez Ruiz, del Frente Amplio por México, mientras que Delgado Rannauro y su círculo cercano siempre defendieron que el partido naranja debía competir individualmente en la contienda presidencial próxima.
Esa pugna entre esos dos grandes liderazgos al interior de MC la ganó, como bien sabemos, Delgado Rannauro, lo que implicó que Alfaro Ramírez y los suyos se plegaran a la decisión que había tomado su dirigente máximo para competir de forma individual y sin alianzas; sin embargo, a la luz de los más recientes hechos y el tremendo descalabro que les ha significado la caída de García Sepúlveda, todo indica que los emecistas tienen buenas razones para cuestionarse si, en efecto, fue lo más sabio seguir la guía de su dirigente partidista en lugar de la que ofrecía Alfaro Ramírez.
Cuando arrancaba el segundo semestre de este 2023, Alfaro Ramírez expresó claramente que Delgado Rannauro se había equivocado al haber postergado la definición de una estrategia clara para MC, lo que habría obstaculizado, inclusive, la posibilidad de que el mandatario jalisciense se lanzara por la candidatura presidencial.
“Te lo dijimos”
Sus palabras, que vale la pena recordar, fueron estas:
“Yo planteé alguna vez, solamente como un poco recordatorio, que si hace dos años, en lugar de estar postergando decisiones, o un año y medio, se hubiera tomado una ruta clara teniendo dentro de los partidos de oposición los perfiles más sólidos, lo digo a lo mejor pecando de soberbia pero lo digo de convicción, teniendo los perfiles más sólidos de los que había en ese momento en las fuerzas de oposición, porque Samuel García y un servidor gobernábamos estados muy importantes del país”.
Y agregó: “Luis Donaldo Colosio gobernaba la capital del estado de Nuevo León y era una figura con una gran potencia mediática, nosotros debimos de haber trazado una ruta en aquel momento. Si me hubieran preguntado a mí, si yo hubiera respaldado una candidatura de Colosio o de Samuel, lo dije siempre, por supuesto que lo hubiera hecho, el asunto es que nunca hubo una definición, y lo que hubo de parte de la dirigencia fue postergar, postergar, postergar; no definir, y esa ruta, creo que nos hizo mucho daño, entonces a la pregunta de si hay otra opción para que yo sea candidato, la respuesta es no, tajante”.
Para muchos MC terminó como el hazmerreír de esta contienda por la presidencia de la República. Con un análisis basado en los hechos, es constatable lo que advirtió Alfaro Ramírez: la conducción política del partido se está realizando con yerros que, en efecto, le han causado mucho daño a esa fuerza política. Aunque probablemente nunca lo dirán en voz alta, muy probablemente varios de los emecistas jaliscienses que rodean a Alfaro Ramírez se están conteniendo las ganas de decirle a Delgado Rannauro: “te lo dijimos”.
