La solución que planteó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el fin de semana pasado para reactivar la construcción de la Presa El Zapotillo en Jalisco, lo que excluye del reparto de agua al estado de Guanajuato, podría afectar la buena relación que hoy existe entre esas entidades federativas hasta niveles de verdadero pronóstico reservado.
El acuerdo al que habían llegado los gobernadores de Jalisco y Guanajuato, Enrique Alfaro y Diego Sinhué, es que ambas entidades se verían beneficiadas con el agua de la Presa El Zapotillo, sin embargo, la salida que ha propuesto el presidente es que la cortina de la obra se quede en 80 metros de altura, lo que implica que solo serían beneficiarios del vital líquido los habitantes de Guadalajara y Los Altos de Jalisco, pero no los guanajuatenses.
Por eso sorprendió que ayer mismo, el Gobierno de Guanajuato comenzara a jugar con la idea de detener la entrega de agua desde la Presa Solís al Lago de Chapala, que sigue siendo vital para dotar de agua a los jaliscienses, en el caso de que se confirme que aquel estado quedará excluido de los beneficios de la Presa El Zapotillo.
La belicosidad del mensaje guanajuatense, sin embargo, no podrá pasar desapercibida ni para el Gobierno de Jalisco ni para el Gobierno federal, pues las posibilidades de que el conflicto por el agua escale son palpables.
RELEVO EN EL GABINETE ECONÓMICO
Los movimientos y las evaluaciones en el Gabinete del gobernador Enrique Alfaro Ramírez continúan. Ahora, el mandatario confirmó la salida de Alejandro Guzmán Larralde como coordinador de Desarrollo Económico de Jalisco, quien renunció al cargo por motivos personales.
En su lugar, según adelantó el propio Alfaro, llegará Xavier Orendáin de Obeso, quien acaba de dejar la presidencia de la Cámara de Comercio de Guadalajara. El relevo podría hacerse oficial el día de hoy.
El gobernador, además, adelantó que vienen más cambios en su administración. Atentos.
