El escenario que se ha creado en Movimiento Ciudadano con el rompimiento anunciado por el gobernador, Enrique Alfaro Ramírez, parece ofrecer mucho por ganar y poco por perder para el jalisciense, mientras que para Dante Delgado Rannauro las cosas lucen a la inversa, pues probablemente tenga que lidiar con más pérdidas que ganancias.
Los dos liderazgos del partido MC parten de posiciones muy distintas: el gobernador ha afirmado que terminando su encargo público se retirará completamente de la política, mientras que el dirigente nacional de ese instituto ha asumido como su principal objetivo convertir a esa fuerza política en una tercera vía para el país.
¿Quién pierde más, entonces, en esta coyuntura: Alfaro Ramírez, desentendiéndose abiertamente de la dirigencia de MC para conducir a su grupo tomando sus propias decisiones; o Delgado Rannauro, que se queda sin la mayor estructura política que ha podido conformar su partido en todo el país? ¿Quién está en riesgo de desfondarse con este rompimiento: el alfarismo o el partido que dirige Delgado Rannauro?
“Yo ya no tengo interés de participar en un proyecto que no entiendo, que se construye de manera unilateral, y que simple y sencillamente nos quiere someter a todos a la voluntad de quienes coordinan el partido a nivel nacional; no quiero pelear ni disputar nada, que ellos tomen sus decisiones, y que tengan suerte”, dijo Alfaro Ramírez este martes.
Al menos públicamente, Delgado Rannauro no ha emitido ninguna señal que permita pensar que está intentado conjurar la rebelión de los alfaristas, por lo que las palabras del gobernador parecen definitivas.
Xóchitl busca sumar
Al mismo tiempo, este miércoles la senadora, Xóchitl Gálvez Ruiz, confirmó desde Jalisco que buscaría a los liderazgos emecistas para sumar su apoyo: “Llegado el momento, no solo sumar el liderazgo de Enrique Alfaro, sumar el liderazgo de Luis Donaldo Colosio, de Dante Delgado, de Paty Mercado, de Noé (Castañón Ramírez), de tantos y tantos personajes”.
Con la salida del alfarismo de Movimiento Ciudadano y la concreción de esta revuelta contra el aislacionismo de su dirigencia, por un lado, y la disposición expresada por la senadora de sumar el apoyo del grupo que encabeza Alfaro Ramírez, por otro, parece que se allana el camino para cerrar esta alianza entre los jaliscienses y la integrante del Frente Amplio por México.
