Quien protagonizó un choque, nada más y nada menos que con los mandos militares, fue Alejandro Esquer, secretario particular del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Nos comentan que, ante un malentendido antes de la llegada del presidente a La Coyota, en el estado de Durango, para el homenaje por el centenario de la muerte de Francisco Villa, Esquer encaró a los organizadores de Sedena con un “respeten mis reglas y yo respeto las suyas”.
Parece que Esquer no estaba teniendo su mejor día, pues incluso se confrontó con una ambulancia que, además de asistir al evento, daba aventón personas de la tercera edad que tuvieron dificultades para llegar. Al parecer la situación con los integrantes de la Sedena no pasó a mayores y quedará como una anécdota.
No hace mella
En donde no hizo ruido el amago de algunos diputados de iniciar un juicio político en contra de los ministros, fue justamente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Nos aseguran que en los pasillos del máximo tribunal del país todo transcurre con calma, pues hay que recordar que incluso los ministros se encuentran de vacaciones y retomaran sus actividades hasta agosto próximo. Como si nada.
Descalificaciones en Zacatecas
Quizá gran parte de la explicación del por qué en Zacatecas se vive una situación tan grave de violencia como la que hay actualmente tenga que ver con las prioridades y el desdén de sus autoridades. Y vaya que hay ejemplos sobran, empezando por el gobernador David Monreal, quien muy a la ligera señaló ayer a la Comisión estatal de Derechos Humanos y a los jueces de la entidad de proteger a criminales, lo que a su juicio evita la pacificación del estado; incluso se atrevió a decir que el 80 por ciento de las personas que ampara la comisión son criminales, sin precisar de donde obtuvo (o se inventó) el dato. Mientras que el alcalde de Fresnillo, Saúl Monreal, descalificó los datos del INEGI, después de que la ciudad saliera nuevamente como la de mayor percepción de inseguridad de México. Claro, siempre es la culpa de alguien más.
