La balacera en el centro de Cuernavaca no es un hecho aislado, sino la evidencia de la ausencia de gobierno en Morelos, y el reflejo de cómo el mandatario estatal Cuauhtémoc Blanco Bravo está totalmente rebasado, sin capacidad de respuesta ante una cada vez más preocupante crisis de seguridad. Es cierto que desde el sexenio de Graco Ramírez se comenzó a acentuar el deterioro, pero su sucesor, el exfutbolista, se ha desgastado más en una persecución al perredista que en verdaderamente resolver los graves problemas que aquejan a la entidad. Lo peor de todo es que ni siquiera ha podido armar un caso firme en contra de Ramírez, y no se diga reducir la violencia en Morelos, la cual ya tocó la puerta de las oficinas del gobernador. Después de 7 meses en el cargo, el discurso de culpar de todos los males de la entidad al anterior gobernador ya se desgastó, y lo único que ahora vale es comenzar a gobernar, y no como ahora, que parece que sigue en campaña y ajeno a las problemáticas que vive diariamente la ciudadanía.
La sonrisa de Granier
Tras casi 6 años de haber sido privado de su libertad, el exgobernador de Tabasco Andrés Granier Melo fue absuelto del delito de peculado, el último que tenía pendiente, y logró su libertad absoluta. La liberación de Granier, otorgada por una sala del Tribunal Superior de Justicia, es solo el último ejemplo de las deficiencias sistemáticas que existen para procesar a los exmandatarios, si no habría que recordar a Rodrigo Medina, quien apenas pasó unas horas recluido o al exgobernador de Chihuahua César Duarte, a quien el brazo de la justicia no ha alcanzado. El fracaso también es para el sucesor de Granier, el exgobernador Arturo Núñez, quien hizo del combate a la corrupción su bandera, pero que nunca logró hechos concretos. Todos los presuntamente involucrados en lo que llamó el ‘megasaqueo’ de Tabasco están libres, Granier solo fue el último clavo del ataúd de desprestigio de Nuñez.
Van por Sosa Castelán
Gerardo Sosa Castelán, presidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue una pieza clave para el ascenso de Morena en el estado de Hidalgo. Después de años de haber sido uno de los más destacados priistas en la entidad, cambió el tricolor por el guinda para el proceso electoral de 2018, operando a favor del proyecto de la 4T, que logró la mayoría en el Congreso para el partido de López Obrador. Hoy, está en la mira de la Unidad de Inteligencia Financiera por presunto lavado de dinero en la Universidad. Al menos en este caso, se está demostrando que las alianzas no valen cuando se trata de delitos, o ¿acaso hubo un rompimiento entre el Grupo Universidad y la 4T?