El choque entre el candidato del PVEM a la gubernatura de Coahuila, Lenin Pérez y la dirigencia nacional del partido, por la negativa del primero a declinar en favor del morenista Armando Guadiana, puede ser apenas un aviso de lo que viene para el proceso electoral de 2024, con todo lo que estará en juego. Y es que la posición de Pérez, motivaciones aparte, han dejado en claro que a nivel estatal ya las dirigencias y candidatos no van a acatar ciegamente las políticas de las dirigencias nacionales, sobre todo las relativas a las alianzas y coaliciones. Morena es en principio el partido que menos problemáticas internas tendría, mientras gran parte de la estrategia se dicte desde Palacio Nacional, aunque sin duda la negociación con sus aliados se le va a complicar. Pero del otro lado que seguramente van a batallar mucho para cerrar acuerdos. Ya en las elecciones de 2021 y sobre todo en 2022, los Comités nacionales del PAN y del PRI tuvieron sus contratiempos, ya no para cerrar sus alianzas, sino para lograr los acuerdos internos con los Comités y líderes estatales; y en el PRD parece que cada vez más estados van por la libre. No se espera que para el 24 sea diferente.
Estafador a la vista
Daniel Araf Hop, empresario hotelero, llevaría años evadiendo una deuda de 260 millones de pesos con una de las subsidiarias de Crédito Real, Creal Arrendamiento, que en su momento le concedió créditos para financiar proyectos. Detrás de este conflicto, han salido a relucir múltiples irregularidades que ponen al descubierto los modos y formas en que Araf Hop desarrollaría sus “negocios”. Se comenta que utilizó empresas de su propiedad para entregar garantías duplicadas tanto a Crédito Real como a BBVA, además de intentar vender propiedades que no le pertenecían legítimamente. Se sabe también que Daniel Araf intentó llevar a cabo un fraude bajo el mismo esquema con departamentos de su hermano Moisés Araf y de su propia esposa, pero estos no lo habrían permitido debido a que se encontraron con avalúos apócrifos, mismos que inflaban el valor real de las propiedades hasta en un 400 por ciento.
