Red Margarita
Corría el año 2006, cuando en aquel restaurante Le Cirque se dieron cita el oscuro michoacano y Agustín Carstens, para planear lo que sería el apoyo del cartel de Chicago a la campaña azul. En ese entonces se requería de personas que hubieran participado en el atraco que fue la fusión del banco que está en el banquillo. Quien mejor que aquel operador designado por el titular de las finanzas públicas, para convencer a la buenas o como fuera a los legisladores. Los vínculos de Margarita dentro del sector financiero entonces fueron clave.
Gabriel Reyes OronaCorría el año 2006, cuando en aquel restaurante Le Cirque se dieron cita el oscuro michoacano y Agustín Carstens, para planear lo que sería el apoyo del cartel de Chicago a la campaña azul. En ese entonces se requería de personas que hubieran participado en el atraco que fue la fusión del banco que está en el banquillo. Quien mejor que aquel operador designado por el titular de las finanzas públicas, para convencer a la buenas o como fuera a los legisladores. Los vínculos de Margarita dentro del sector financiero entonces fueron clave.
Ahora, regresa Margarita por el fuero que le quedaron a deber en el 2012, dado que su candidata no alcanzó más que el tercer lugar en las elecciones federales, y los senadores que antes profesaban incondicional obediencia a su consorte, ya ni las llamadas telefónicas le toman.
El PAN sufre un desmoronamiento que lo presenta como migajas de aquello que horneara Gómez Morín. Los blanquiazules tienen el descaro de hablar de combate a la corrupción, claro, hacia adelante, porque el chantaje que ponen en la mesa es que apoyaran reformas, siempre y cuando, se cierren ojos hacia el pasado y se asegure que los fueros de los senadores y diputados no serán cuestionados por la presente administración.
Oceanografía, Big Bola, Mexicana de Aviación y las cuentas en Singapur, serán los carpetazos que deberá darse para que las personas e instituciones que intentarán combatir la corrupción, pasen la venia de quienes hicieron de las suyas, pero supieron apoderarse del control del Senado.
Al fin de cuentas no importa que suceda, mientras se tenga el número de amigos adecuado donde la última palabra se dicta. Si bien es cierto que la muerte de Valls representa un revés para la Red Margarita, también lo es que es evidente que sin controlar la silla presidencial, siguen teniendo mano y decisión determinante en los nombramientos clave.
El borrón y cuenta nueva es la divisa de Ricardo Anaya que blande la espada en contra de la corrupción tricolor, amagando que no pasarán, si existe el más mínimo atisbo de someter al escrutinio a quienes se gozan del mismo fuero que el líder petrolero.
Pero la pregunta es si realmente la cuota de género, que es la única que puede colocar a Margarita Zavala en las listas plurinominales en el lugar descollante, hará que las presumidas nuevas generaciones tengan que esperar una vuelta más.
Resulta que la probada capacidad para cooptar a los prófugos de la derecha que controlaban al PRD, parece no le servirá en ésta ocasión, ya que sus principales promotores ahora son los desahuciados líderes de la izquierda, con quienes conspiró una y otra vez para que las operaciones patrocinadas por su grupo pasaran de noche en el congreso.
Mientras, parece que los náufragos de Gastón Azcárraga seguirán esperando turno para que se les haga justicia. Margarita pretende ocupar el lugar de alguna de esas aspirantes a hacer política en el albiceleste. Ya en ruta de ser la nueva eterna Cecilia Romero, deja claro que el PAN es más PRI que nunca.