Seamos honestos. Todos buscamos crecer en la vida, en cualquier ámbito posible y lo profesional no es ni será la excepción (porque aquí viene principalmente lo que muchos amamos: el dinero).
Diego Martín Cocca puso fin a una corta estadía en Tigres de una manera inesperada e igualmente ¿sucia? para cumplir un sueño que parecía imposible: dirigir a la Selección Nacional de México. Pero, ¿realmente el argentino obró tan mal como muchos lo han hecho ver?
Cocca actuó como cualquier persona lo haría en ese afán de crecimiento. Seamos sinceros, aquí no cuenta (ni contará) esa falacia llamada “amor por los colores”. Dejemos de idealizar esto.
Y aquí viene un detalle. También están primero los intereses de cada quién. Si realmente se viera primero el mentado ‘amor a la camiseta’, entonces Tigres -en su momento- no hubiera despedido a hombres ilustres y leyendas como Don Carlos Miloc así como a Don Osvaldo Batocletti cuando eran entrenadores. Vaya, las empresas, ante la falta de resultados, aplican la misma sin importar quién seas o el tiempo en el puesto.
Vamos a la contraparte: tampoco queramos ver al club como una víctima de un malévolo plan de “Doña Fede”. El mismo club lo hizo en algún momento. ¿No me cree? Le daré una pista: José Luis Trejo. Sí, el entrenador mexicano.
¿Qué sucedió? Ahí va el chismecito: Tigres, en el 2006, negoció con Trejo mientras éste dirigía al Pachuca en plena Liguilla. Tras ganar el título del Apertura 2006, tres días después el técnico anunció su salida de Hidalgo para volar hacia San Nicolás de los Garza. Incluso dicen los que saben que dio el “sí” en pleno desfile de campeonato.
Y si usted es más millennial, basta con acordarse lo que sucedió hace unos días cuando “La U” contrató a Nicolás Ibáñez quien, incluso, llegó a jugar la Fecha 1 del presente Clausura con los mismos Tuzos.
Ahora fue la Comisión de Selecciones Nacionales quien se las “aplicó”. Cocca, después de saberse elegido como el sucesor del “Tata” Martino, aceptó cambiar de “empresa” de la noche a la mañana.
Claro, ni a Trejo, Ibáñez o el mismo Cocca los obligaron a irse. Vieron por sus intereses primero como haría cualquier empleado. Es más, por favor respóndame ¿usted qué hubiera hecho?
¿Renunciaría a la -quizá- oportunidad de su vida por “amor a los colores”? Recordándole que esos mismos “colores”, el día menos pensado, le pueden dar las gracias con la mano en la cintura.
Por lo pronto ya veremos qué destino le depara Diego Martín tras salir de San Nicolás de los Garza. Lo cierto es que, desde hace días, el técnico argentino ya es “persona non grata” para muchos… y no tiene ni una semana como nuevo entrenador del Tricolor.
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