Por eso son grandes

Por eso son grandes, llámelos como quiera, podemos definirlo como jerarquía.

Los Grandes son grandes, aparecen justamente cuando se requiere que se aparezcan para resolver.

Con los grandes no hay excusas para justificar alguna derrota o algún tropiezo, tampoco hay una sobrevaloración de los triunfos porque tienen eso, la costumbre de ganar y eso es importante, ¿cómo se consigue la costumbre de ganar?, ganando.

Real Madrid y Bayern Munich tuvieron dos obstáculos paralelos.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Por eso son grandes, llámelos como quiera, podemos definirlo como jerarquía.

Los Grandes son grandes, aparecen justamente cuando se requiere que se aparezcan para resolver.

Con los grandes no hay excusas para justificar alguna derrota o algún tropiezo, tampoco hay una sobrevaloración de los triunfos porque tienen eso, la costumbre de ganar y eso es importante, ¿cómo se consigue la costumbre de ganar?, ganando.

Real Madrid y Bayern Munich tuvieron dos obstáculos paralelos.

Los españoles tenían que meterse a la cancha del Nápoles, que lo hizo todo y que ha sido la sensación del futbol italiano, para resolver esta eliminatoria que llevaba ganada 3-1.

El Bayern Munich llevaba un 5-1 y se metió a la cancha del Arsenal, que iba a ser lo que no pudo, lo imposible.

Pero son los de siempre, son el Madrid de siempre que nos  esta acostumbrando a ver como natural, y que ojalá no sea siempre, hay que verlo como el asombro para estos equipos grandes, tenía que meterse a resolver el partido y de pronto el Nápoles ganaba 1-0 y lo dominaba en el primer tiempo, hasta que parece sí, el de siempre, es un córner y en el tiro de esquina todos sabemos que va a llegar Sergio Ramos de atrás y que va a tratar de dar el cabezazo y es el hombre que resuelve.

Si lo sabemos nosotros, imagínese usted si no lo sabían los jugadores del Nápoles, que tenían que defenderlo, pero no pudieron hacerlo.

Una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo, y ahí comenzó a venirse abajo el equipo del Nápoles.

Un poco más tarde, al 54’, es decir, todo antes de los 10 minutos del segundo tiempo, otro córner, pero del otro lado, y en ese todos sabemos que ahí viene Sergio Ramos y llega y cabecea y anota y resuelve la eliminatoria, porque entonces el Nápoles iba por dos. Al acabar el primer tiempo iban por uno para eliminar al Madrid.

Después este Nápoles se hace cruces, busca tal y el Real Madrid toma el control de la pelota y vienen los cambios y aparece ya el tercer gol de Morata, que es de mero tramite.

Y allá en la cancha del Arsenal, el Bayern Munich que ganaba 5-1, no jugó como el que tiene que defender el 5-1 sino como el que tiene que proponer, por eso son grandes, para aumentar esa ventaja. Vino el uno, el 1-1, el 2-1, el 3-1 y llegó otro 5-1.

La exigencia del Arsenal quedo borrada, por eso, no perdamos la capacidad del asombro, es la jerarquía de estos grandes que por eso son grandes.

No cabe buda, la costumbre de ganar, como decía César Luis Menotti, se consigue… ganando.

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