Reaccionarán cuando sea demasiado tarde

Humberto Calzada Díaz Humberto Calzada Díaz Publicado el
Comparte esta nota

En una entrevista que di para este medio en julio de 2019, antes de ser columnista, advertimos que la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) cometió un error al anticiparse a recortar la tasa de interés antes de lo previsto y con la intención de alargar el ciclo. Esta decisión llevo a los mercados a alcanzar un pico previo a una fuerte corrección en febrero del año pasado provocado por la contingencia sanitaria por el COVID-19, solo un susto, no entramos a un mercado bajista real.

La pandemia derivada del virus SARS-CoV-2 fue el motivo para que, no solo la FED, sino los bancos centrales a nivel mundial iniciaran la expansión monetaria más grande de la historia, llevando a sus hojas de balance a alcanzar máximos registrados. Si bien hubo un rebote económico, las consecuencias fueron: la inflación más alta en las últimas dos décadas y la burbuja de activos más grande en tiempos recientes.

A pesar de la alteración en el precio de los bienes y servicios, el Banco Central de los Estados Unidos, en apariencia, se sigue sintiendo cómodo con su política “acomodativa” en todo dovish (política expansiva mediante la cual el banco central relaja o baja las tasas de interés para estimular la economía a través de mayor inversión). Por lo que el dinero que se encuentra en los mercados, producto del QE, debería ser suficiente para respaldar el crecimiento económico; sin embargo, el Gobierno sigue impulsando un fuerte estímulo fiscal a expensas de que sigue aumentando su déficit: este debería ser un argumento suficiente para que la FED ponga un freno a dicha política.

No obstante, el error de la política monetaria estadounidense sigue siendo el “timing”, y consideramos que mantenerse complaciente por un periodo prolongado no llegará a buen puerto. La preocupación de Powell es mantener al mercado de valores en máximos históricos, pero la intención debería ser incentivar el crecimiento económico, aunque también se ha demostrado que la inyección masiva de liquidez no logra ese efecto en la economía.

Adoptar una política monetaria más rígida y haber iniciado la normalización monetaria podría ser una solución para lograr una estabilidad económica en el largo plazo: tasas altas representarían un freno a los activos especulativos y menores riesgos. Desde nuestra perspectiva, esto representaría un golpe al mercado accionario, pero sería el inicio de la configuración para un crecimiento económico sólido en el futuro.

Hemos insistido en que la Reserva Federal reduce cada vez más su margen de maniobra, con una tasa de interés en casi cero y un Gobierno que tuvo que recurrir a ampliar su techo de deuda a pesar de las presiones fiscales. Va agotando cada vez sus armas. Ante este contexto, ¿cómo podría actuar frente un shock?, ¿tasas negativas?, creemos que la economía estadounidense no está preparada para ello.

El Banco Central estadounidense sigue con la retórica “acomodativa”, cualquier señal negativa en los indicadores económicos es un pretexto para argumentar la expansión cuantitativa. La política monetaria se ha desvirtuado de uno de sus principales mandatos, que es mantener el poder adquisitivo de los ciudadanos. La preocupación ahora es que el mercado accionario no caiga más del cinco por ciento. Se han pronunciado con el inicio del tapering, pero siguen sin ser claros, ¿cuándo actuarán?… Creo que la respuesta es muy predecible: lo harán cuando ya sea demasiado tarde.

Humberto Calzada Díaz, economista en Jefe de Rankia Latam.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil