Quítate la armadura y pide ayuda

Fue el peor error de su vida. Estaba enamorada y con su empresa muy bien posicionada. Por eso decidió dejar la dirección de su negocio en manos de su pareja. Lú Gómez, fundadora de Remedios Mágicos, cuenta que, al pasar el tiempo, se dio cuenta de que algo no iba bien en la empresa. Empezaron […]

Fue el peor error de su vida. Estaba enamorada y con su empresa muy bien posicionada. Por eso decidió dejar la dirección de su negocio en manos de su pareja.

Lú Gómez, fundadora de Remedios Mágicos, cuenta que, al pasar el tiempo, se dio cuenta de que algo no iba bien en la empresa. Empezaron las discusiones con su pareja, los desencuentros, los reclamos. Al final, en 2017, se separaron. Ella se quedó a cargo de sus gemelos de seis años y con la empresa al borde de la quiebra.

Para principios de 2020, Lú ya había recuperado algo del paso perdido, pero llegó la pandemia y con ella un nuevo golpe a su negocio.

Esta serie de crisis continuas la obligó a reencontrarse consigo misma y a reconectar con su razón de estar aquí. “Tienes que regresar al ser. No hay de otra. Si no regresas a ese centro, a la razón por la que creaste la empresa, la razón por la que decidiste ser mamá, lo demás no funciona.”

En plena crisis financiera de 2008, con miedo e incertidumbre, Lú Gómez, diseñadora gráfica de profesión, se cansó de desarrollar ideas para los demás. Decidió renunciar a su empleo y fundó su propia empresa centrada en la mejor medicina para los problemas: la risa.

Así nació Remedios Mágicos, una compañía creativa dedicada a crear diferentes productos donde se destacan la cultura y el humor de los mexicanos: juegos de mesa, cajas de hojalata con mensajes, tazas, libretas, estuches de dulces y otros tipos de regalos.

“Lo que yo quería era inspirar y transformar emociones (…) Todo lo que producimos en Remedios Mágicos tiene que ser un remedio para el alma, una herramienta para generar tus sueños.”

Cuando enfrentaba la peor parte de la crisis, Lú aprendió una cosa que la salvó: que no podía sola y que necesitaba pedir ayuda. “Creo que (como mujeres empresarias) no sabemos pedir ayuda. Nos cuesta mucho trabajo reconocer que no podemos solas. Tocar con tu vulnerabilidad. Creo que eso fue lo que me rescató.”

Los líderes a menudo dudan en reconocer sus debilidades, pero tarde o temprano debemos enfrentar que somos humanos, con debilidades y defectos. El liderazgo se trata de conexión y sólo podrás conectar con tu equipo si te muestras humano.

“Ocultar nuestras debilidades en un intento de ser líderes fuertes nos convierte en líderes débiles. Nuestras vulnerabilidades nos hacen más vulnerables cuando pretendemos que no existen”, dice Peter Bregman en un artículo de Harvard Business Review.

Lú recibió ayuda de su familia, de otros emprendedores y empresarios, pero también de los fans de su marca, que nunca le fallaron.

Para esta emprendedora, elegida como una de las E100 de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) en 2021, el futuro de México está en desaparecer de nuestra cultura la frase: “Si no tranzas, no avanzas”.

Hay que cambiar por completo esta mentalidad, pues es todo lo contrario, dice. “Hay que entender que si el otro está bien, yo voy a estar bien. Tenemos este concepto de pasar por encima de los demás porque no entendemos el bienestar común.”

Genaro Mejía es periodista digital y de negocios con más de 20 años de experiencia y LinkedIn Top Voices 2019

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