¿Qué sucede en Siria?

Siria es un raro vestigio del viejo poder militar soviético. Además de ser un socio comercial de Moscú, es en Siria donde yace la última base militar rusa fuera de territorio soviético.  Por su parte, hasta hace algunas semanas Estados Unidos vigilaba el conflicto Sirio sin mayor intención de participar en él.

Emilio Lezama Emilio Lezama Publicado el
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Siria es un raro vestigio del viejo poder militar soviético. Además de ser un socio comercial de Moscú, es en Siria donde yace la última base militar rusa fuera de territorio soviético.  Por su parte, hasta hace algunas semanas Estados Unidos vigilaba el conflicto Sirio sin mayor intención de participar en él.  Washington no tiene ninguna simpatía por el régimen del presidente al-Asad pero debilitarlo sería apoyar a los rebeldes sirios que han sido cooptados por fuerzas yihadistas; fundamentalistas islámicos cuyo ascenso al poder representaría el peor escenario para los Estados Unidos. Sin alternativas, Obama optó por la parsimonia.

Todo esto cambió al detectarse el uso de armas químicas dentro de Siria. Estados Unidos ha lanzado fuertes advertencias a aquellas naciones que utilicen este tipo de armas. No hacer válidas tales amenazas debilita el poder de los Estados Unidos.  Peor aún, aliados importantes como Israel, Arabia Saudita y Corea dependen de la capacidad de reacción americana ante posibles amenazas químicas por parte de naciones enemigas. Por ello la comunidad internacional observa con atención a nuestro vecino del norte.

La situación ha puesto en grandes problemas al presidente norteamericano Barack Obama. No intervenir en Siria sería una muestra de debilidad que otros países podrían aprovechar. Pero  una intervención militar de cualquier tipo resulta completamente inútil en estos momentos. Por un lado, ningún ataque aéreo podrá destruir las armas químicas sin riesgo de detonarlas. Por otro lado, una intervención por tierra sería costosa y no tendría aprobación del congreso ni la sociedad americana. De todas formas queda una pregunta.  ¿Contra quién lanzar el ataque? Debilitar al régimen sería dar cabida a un nuevo gobierno terrorista; apoyar al régimen sería dar el mensaje equivocado.

Atrapado sin salida Obama optó por hacer lo único que podía: Propuso lanzar una serie de ataques inconsecuentes sobre Siria. Estos ataques aéreos no buscarían destruir las armas ni mucho menos lastimar al régimen, su intención es dejar en claro que la utilización de armas químicas tiene consecuencias.

En ese marco un nuevo actor entró en juego: Rusia entendió muy bien la frágil situación estadounidense y supo aprovechar la oportunidad para atestarle un duro golpe al poderío de Washington. Cuando el mundo se preparaba para un nuevo conflicto armado, Vladímir Putin negoció con Siria y presentó al mundo una opción pacifica aunque improbable: El desarmamiento de Siria. Obama ha tenido que aceptar la propuesta para ganar tiempo. Sin embargo el precio ha sido alto, el daño está hecho: Estados Unidos ha quedado vulnerado y ridiculizado.

Tarde o temprano algo tendrá que hacerse sobre Siria. La propuesta rusa no será realizable en las circunstancias de guerra civil actuales. Es casi impensable que las armas de destrucción química puedan ser recuperadas en medio de la revuelta. Por ello, si Estados Unidos y sus equipos de marketing político manejan la situación adecuadamente, pueden darle un revés importante a los rusos. Sin embargo, por lo pronto Rusia ha quedado como el gran vencedor de este conflicto. A los Estados Unidos le tomará tiempo recuperar el terreno perdido.

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