Twitter: @jcaltamirano
En estos días “calientes”, previos a la elección presidencial, en los que medios de comunicación tradicionales y nuevos medios juegan un papel esencial para comunicar y rebatir ideas, siento sumamente nocivo sugerir que apaguemos la TV. Porque buena parte de los 100 millones de mexicanos que somos se “informa” a través de los noticieros de televisión.
Porque el poder de la televisión en México funge como reforzador de la opinión pública.
Es gracias a que vemos televisión, que atestiguamos el grave error al que incurrió TV Azteca al darle prioridad a un partido de futbol, minimizando la transmisión del primer debate entre presidenciables mientras ubicaba la señal del debate en el canal de menor penetración de su cadena. Aún así, perdió en rating.
Porque gracias a que vimos televisión la noche del domingo 7 de mayo, nos dimos cuenta del impacto mediático que puede alcanzar una edecán parada en el momento justo y en el lugar indicado, para robar cámara a los cuatro aspirantes a gobernar México.
También fue viendo televisión que nos percatamos como fue que Televisa cubrió de “reojo” la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana.
Fue a través de la televisión que observamos la “pobre” cobertura que la televisora de Av. Chapultepec 18 realizó a las marchas de estudiantes en su contra el viernes pasado.
Viendo televisión a principios de semana notamos un sobresaliente cambio en la línea editorial de Televisa, al tratar en entrevista, en vivo, el tema de las protestas universitarias en contra de la televisora durante el noticiero matutino de Carlos Loret de Mola. Se abrió tiempo aire a tres estudiantes de la Ibero durante quince minutos para exponer ideas y peticiones abiertamente.
Resulta sumamente importante que continuemos viendo televisión si es que queremos que la televisión mejore. No existe otra manera de democratizar los espacios concesionados de televisión abierta, salvo viendo -con ojo crítico- las señales de televisión a las que tenemos acceso, y señalando las áreas de oportunidad que presentan como medios de comunicación masiva.
Es por eso que como mexicano que consume televisión nacional, invito a no apagar la televisión el próximo fin de semana. Mejor aún, sugiero prender la televisión y el cerebro al mismo tiempo.
Es decir, recomiendo ver más programas de televisión, sin perder de vista la importancia que para un país como el nuestro tiene este vital medio de comunicación.
Este es el punto de coyuntura que se nos presenta hoy a periodistas, comunicadores y universitarios para pugnar por medios masivos más transparentes y democráticos. Tenemos la gran oportunidad en nuestros ojos y manos para levantar la voz a través de medios independientes y todo tipo de redes sociales, ante lo que se perciba como abuso o indicio de abuso por parte de un medio de comunicación tradicional.
De entrada, hoy no debemos perdernos la entrevista a Enrique Peña Nieto en el programa Tercer Grado. Veremos cómo trata el grupo de periodistas que participa en esa emisión, al supuesto candidato preferido de las televisoras. Prendamos la tele y el cerebro.