El encuentro que sostuvieron el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, y el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, debió tener entre sus principales motivaciones la reciente despenalización del aborto en el estado, luego de que así fuera aprobado por el Congreso local.
Esta determinación legislativa que tomó el Congreso de Jalisco y que terminaría siendo respaldada por el gobernador Alfaro Ramírez, cuando este anunció que publicaría la reforma jurídica, descartando así, por lo tanto, la aplicación de un veto sobre la misma, suscitó una profunda molestia entre los jerarcas católicos locales así como en grupos conservadores del estado.
El arzobispo publicó una editorial titulada “Legisladores y gobernante(s) duros de corazón”, en la que hace señalamientos contra los gobernantes en Jalisco como el siguiente: “Cuando gobernantes y legisladores promueven leyes que van contra el valor más sagrado, la vida, alentando la muerte de innumerables seres inocentes e indefensos, esos gobernantes y esos legisladores no se crean que lo hacen como una conquista de libertades, ni por una lucha válida de derechos, sino que lo hacen por la dureza de su corazón, aunque aparentemente no se den cuenta”.
Dicha editorial contiene otro duro pasaje contra la clase gobernante jalisciense: “Quieren atenuar su decisión al aludir que en las 12 semanas iniciales no pasa nada, que se puede eliminar el feto, como si ellos, gobernantes y legisladores, no hubiesen pasado ese tiempo de gestación en el seno de su madre. Como si después de esas 12 semanas se esperaba un producto distinto de lo que somos. ¡No! Somos lo que somos desde nuestra gestación“.
Ante estas claras expresiones de inconformidad por parte de la jerarquía católica en Jalisco, se ha vuelto manifiesto, sin embargo, que el Gobierno de Jalisco y, específicamente, el gobernador Alfaro Ramírez, están estableciendo puentes de comunicación con los liderazgos de la Iglesia Católica probablemente para dialogar sobre este espinoso asunto.
Diálogo abierto
El mandatario publicó tras reunirse con Robles Ortega: “Me dio mucho gusto recibir esta mañana al cardenal José Francisco Robles, con quien hemos construido una extraordinaria relación de trabajo coordinado. Siempre agradeceré sus atenciones y le refrendé el compromiso de trabajar hasta el último día de mi gobierno con la Iglesia católica, pensando siempre en el bien de Jalisco“.
Quizá el arzobispo tenga en consideración que la posición de Alfaro Ramírez tampoco resulta nada sencilla, pues se encuentra en medio de una población mayoritariamente católica, por un lado, y, por otro, con las demandas sociales del potente movimiento feminista y las resoluciones provenientes del ámbito judicial.