En el mundo, la producción de acero supera actualmente las 1,500 millones de toneladas anuales y el consumo aparente es del orden de las 1,400 millones de toneladas.
Ante un escenario de Economía Global deprimida debido a crisis de la Unión Europea, el poco crecimiento de EU, Japón y China y la inestabilidad económica mundial, se observa un surgimiento de políticas en pro del acero en el sentido de protección e impulso en economías emergentes y desarrolladas.
A pesar de que la producción de acero en México se mantuvo igual que años anteriores, el consumo está aumentando; según datos estadísticos el consumo de acero pasó de 21.2 millones de toneladas en el 2011 a 23.6 millones en el 2012: un crecimiento de 11.2 por ciento.
En el comercio exterior observamos un notable crecimiento en las importaciones, al pasar de 7.1 a 9.6 millones de toneladas y una caída en las exportaciones, de 5.9 a 5.2 millones de toneladas de productos siderúrgicos además de un déficit de la balanza comercial siderúrgica que creció 280 por ciento en volumen y 90 por ciento en valor, 4.5 millones de toneladas con un valor de 6 mil millones de dólares.
La expectativa mundial de consumo de acero se mantendrá en 2013 con un crecimiento de apenas 3.2 por ciento, del cual la Unión Europea se mantiene con un nivel de demanda del 25 por ciento por debajo de 2007 y los países del NAFTA con un crecimiento de 3.6 por ciento, 135 millones de toneladas de acero en el presente año.
Para el caso específico de México, ante un escenario de crecimiento de la economía de 3.5 por ciento y de las producción industrial del 3.3 por ciento, se estima un crecimiento del consumo total de acero de 25.2 millones de toneladas y un escenario de producción cercano a los 19 millones de toneladas para el 2013.
Como consecuencia de la desaceleración en la demanda mundial del acero, nuestro país se enfrenta a un crecimiento atípico de las importaciones, poniendo en riesgo los empleos e inversiones que esta genera.
Provocando además que los ciclos de fluctuación sean de corto plazo, induciendo inestabilidad, reducción de márgenes y menor capacidad de administrar inventarios de los distribuidores y usuarios finales.
En consecuencia el sector con la dirección de las políticas públicas, deberá adaptarse a la velocidad de los cambios que surjan en el mundo para lograr la sustentabilidad de los negocios.
* El autor es presidente de la Comisión de Planeación de Canacero.