Pemex y su situación financiera

Entre Calderón y Peña Nieto la deuda financiera de Petróleos Mexicanos creció a una tasa efectiva de 250 por ciento
Tonatiuh Martínez Aviña Tonatiuh Martínez Aviña Publicado el
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La semana pasada se dio un debate en medios derivado de los resultados financieros presentados por Petróleos Mexicanos (Pemex), correspondientes al tercer trimestre del año.

La mayoría de los medios lapidan con sus plumas y opiniones la situación financiera de la petrolera. Sin embargo, un análisis económico completo consideraría la posición estratégica de la empresa productiva del estado en el presupuesto público, el mercado en el que se desempeña, además de los motivos del deterioro financiero.

En 2003, a mitad del sexenio de Vicente Fox, Pemex generó una utilidad antes de derechos e impuestos de 339 mil millones de pesos, una vez aplicados los derechos e impuestos el resultado arrojaba una pérdida de 41 mil millones de pesos. Como consecuencia, su patrimonio disminuyó a 46 mil millones de pesos, una caída del 56 por ciento.

El siguiente año disminuyó nuevamente. En 2006, el patrimonio de Pemex era negativo, la empresa estaba técnicamente quebrada, cerrando en 26.9 mil millones de pesos. Todo esto en medio de un crecimiento anual compuesto (CARG) de 14 por ciento en los precios del crudo.

Esta mala gestión de Pemex era evitable sin duda, pero con Calderón solo se recrudeció. Los precios del petróleo crecieron 11.5 por ciento CARG, con un máximo histórico de 133 dólares por barril, sin embargo, la política de desangramiento de la paraestatal continuaba. El gobierno cargaba derechos e impuestos superiores a la utilidad. En el mejor año en términos de precio del petróleo, el patrimonio de Pemex fue de menos 112 mil millones de pesos y al cierre del sexenio, en 2012, fue de -271 mil millones de pesos.

Desde 2006, cuando el patrimonio era negativo, la única forma de extraer recursos superiores a su utilidad fue endeudar a la empresa. De esta forma podrían sustraer miles de millones de pesos a pesar de no ser generados por la producción. Entre Calderón y Peña Nieto la deuda financiera creció a una tasa efectiva de 250 por ciento, al pasar de 590 mil millones de pesos a 2 mil 82 millones de pesos.

El papel de Pemex es piedra angular de la economía nacional. Su aportación al presupuesto ha permitido el financiamiento de sectores vitales: educación, salud, vivienda, por mencionar algunos. Los ingresos petroleros al sector público de 2000-2006 fueron de 30 por ciento anual, en el sexenio de Calderón subieron a 37.5 por ciento, con Peña Nieto la aportación de la renta petrolera al presupuesto fue de 23 por ciento en promedio cada año. Este país ha dependido de la explotación del crudo y su venta para financiar el desarrollo. Lo desafortunado es que endeudaron a Pemex simplemente para hacerse de recursos financieros, omitiendo cualquier propósito de modernización e incremento de capacidad.

En términos estratégicos, el sector petrolero está en el centro del desarrollo capitalista contemporáneo. Los derivados del crudo forman parte de la vida diaria de la sociedad. Sin ir más lejos, los combustibles son el insumo primordial para el transporte. Durante el crecimiento de los precios en 2021 y 2022, México mantuvo controlada la inflación energética gracias a la absorción del IEPS. Si el deterioro de la industria hubiera continuado, probablemente el gobierno actual no habría podido seguir esa política. De esto y de la reestructuración de Pemex hablaremos la siguiente semana.

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