Paris 2024 dejó grandes enseñanzas, desde la hiperdinámica inauguración de la ‘galería 4D’ del Museo de Louvre a la Clausura con tintes ‘hollywoodescos’ para cederle la estafeta a Los Angeles 2028. De cabo a rabo se escribió una gloriosa página para el deporte, la que lamentablemente no todos los fans estuvieron aptos para disfrutar.
Esta columna 182 de Fan PRO se entrega el miércoles 14 de agosto de 2024, tres días después del apoteósico cierre de los XXXlll Juegos Olímpicos de la modernidad que se realizaron en la bella Ciudad Luz.
Será también un magno certamen que pasará a la historia por la noble entrega de los deportistas mexicanos a pesar de la infame dirección de la titular de la Comisión Nacional del Deporte y Cultura Física (Conade), Ana Gabriela Guevara.
La ex corredora, durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, se dedicó a eludir con velocidad y eficacia más de 30 denuncias por corrupción, extorsión y desvío de fondos del erario, además de las dos carpetas de investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) por malos manejos y por no comprobar a qué destinó 283 millones de pesos del presupuesto destinado a los deportistas nacionales, según un informe de la Auditoría Superior de la Federación de 2022.
Bueno, entonces, ¿por qué fueron tan singulares estos Juegos? Además de las cinco medallas de los representantes mexicanos, de la consolidación de ases estadounidenses como Simon Biles en la gimnasia, la nadadora Katie Ledecky al sumar su medalla 14 y de Noah Lyles como el hombre más rápido de la actualidad, hubo detalles que hacen de Paris 2024 un genuino objeto de memorabilia.
Sigue con el desmenuce…
Ceremonias épicas
Difícilmente habrá en el futuro inmediato o lejano unas ceremonias tan fastuosas como las presentadas en Paris 2024. De principio a fin, Francia expuso lo que pocos países en el mundo tienen, cultura, historia y tradición, sino que además exhibió un dechado de actualidad y trascendencia en los diferentes ámbitos del acontecer humano.
Quien esto escribe reseñó para Grupo Reforma lo que significaba París, una de las principales ciudades sede en el Mundial de la FIFA Francia 98: “sobre un suelo encantado en el que paso a paso uno se tropieza con la historia”.
La fortuna de caminar por Les Champs Elysées desde la rue La Fayette hasta l’ Arc du Triomphe durante mes y medio para luego virar unos metros rumbo a la Cathédrale Notre-Dame y disfrutar de la iluminada brisa vespertina –que se desaparece hasta cuando brevemente llega a oscurecer, por ahí de las ocho de la noche– mientras se aprecia el lento caminar del Río Sena… Si se desea, el cauce peatonal conduce en cuestión de minutos al Monumento a la Bastilla, para después rematar con una marcha bohemia en el barrio latino, o al casi infinito Museo De Louvre –que para recorrer ‘por encimita’ hay que invertirle al menos una semana de apertura a cierre–.
Es todo un privilegio para los mortales disfrutar de este panorama y eso es justo lo dice que quiso exponenciar el director artístico del evento, Thomas Jolly, quien pretendió al menos hacerle algo de justicia en la parte del ventanal que da al pasillo de los espectadores del universo de mortales.
Salvo los cambios naturales de los avances tecnológicos, el país galo ha conservado el bouquet de una nación generosa en su riqueza cultural. La capital de los principales movimientos humanistas y el centro de la escena de las expresiones artísticas. En síntesis, ¡una belleza total! –y va un saludo especial para Dionisio Estrada, hoy crack de ESPN, que sonsacó a quien esto escribe a los juegos mecánicos más estrambóticos en Eurodisney en ese tiempo–.
Como todo en la vida, lo que rescata una vaguedad de percepciones es la cultura en general y en el deporte en particular, que lamentablemente en un México Lindo y Querido no abunda, pero que sí se magnifica en los diferentes espacios de desahogo, más que de expresión, públicos, como son las redes sociales, el megáfono de la realidad.
Luego de la pasarela fantástica de alusiones a momentos históricos, lo que más polémica generó fue el acto de la ‘Última cena versión’, un cuadro que ni refería a la obra cumbre de Leonardo Da Vinci ni se trataba de una sátira.
El propio Jolly tuvo que explicar que el desfile de personajes en torno a una mesa alargada no era una crítica soez a uno de los mayores escenarios de la religión católica.
“La escena en cuestión -que pudo verse en la ceremonia del 26 de julio- se llama Festividad y muestra al inicio a varias personas en drag sentadas a la mesa. La escenografía fue interpretada como algo muy parecido a la última cena de Jesús con sus apóstoles, pero en el cual aparece recostado Philippe Katerine (cantante francés), casi desnudo, con el cuerpo pintado de azul y con guirnaldas de hojas y frutas. Un atuendo que lo hace parecerse a Dioniso, el dios griego que los romanos llamaban Baco, que simboliza el vino y los placeres carnales.
“Nunca encontrarán por mi parte ningún deseo de burlarme, de denigrar nada. Quise hacer una ceremonia que reparara, que reconciliara. También, que reafirmara los valores de nuestra República”, dijo Jolly a la cadena de televisión BFMTV.
De cualquier manera, el desfile de atletas participantes sobre barcos y barcazas en el Río Sena en ‘sets’ de espacios reales donde lucieron lugares icónicos de París como el Palacio de Versalles, queda como una leyenda que difícilmente podrá ser siquiera igualada.
Misión Imposible, con todo y Tom Cruise
Después de la apoteosis que significó la entrada de Paris 2024, los ojos del planeta estaban puestos en la ceremonia de cierre. El Comité Organizador Internacional (COI) de los Juegos tampoco defraudó.
Luego de los infaltables discursos de los dirigentes, vino el espectáculo musical intercalado y una sorpresa magnánima en el paso de estafeta a la nueva sede olímpica: Los Angeles 2028 –así es, lo correcto es poner el nombre de la sede en el idioma original y por eso no va el acento—.
Desde la banda francesa Phoenix, la secuencia musical avecinaba algo digno para la anécdota, cuando al anunciar la sucesión olímpica en la sede estadounidense, desde el techo de Le Stade de France bajó un atleta inesperado. Se trataba de Tom Cruise, que a sus 62 años de edad corroboró su buena forma física para descender desde la tramoya (conjuntos de máquinas, cuerdas y otros instrumentos para escenificar la acción), completamente en vivo desde las alturas hacia la grama poderosa del inmueble y luego subir a una motocicleta entre todos los deportistas que lo condujo a un avión, ahí sí en una secuencia pregrabada, para trasladarse con el fuego olímpico a bordo al Memorial Coliseum de Los Angeles.
Ya en terreno estadounidense Snoop Dogg, Dr. Dre, Billie Eilish y los Red Hot Chili Peppers tomaron la estafeta para darle el cierre espectacular en una súper producción que queda para la posteridad desde ahora como un récord inalcanzable.
La Misión Imposible de Ana Guevara
Al cierre de esta columna, no se puede dejar fuera a Ana Guevara con el informe de su trabajo como directora de la Conade en el último sexenio, el cual emitió la tarde del miércoles 14 de agosto de 2024.
Ella viajó a París, pero no estuvo en eventos de los atletas. Sin embargo, se recordó en redes sociales su asistencia a lugares nada baratos, como el restaurante Au Pied de Cochon, y su regreso en vuelo de primera clase, con lo cual expuso un estilo de vida que a juicio de los internautas nada tiene que ver con la tan pregonada austeridad del Gobierno de la 4T.
“No tengo marido ni marida”, expresó en conferencia, “y todo lo que gano me lo trago y me lo visto como me da mi chingada gana. Lo que yo gano me lo gano debidamente y de forma honrada”. #Plop
Comienza una nueva Olimpiada (espacio de tregua entre unos Juegos Olímpicos y otros, por lo que no son sinónimos, ¡ojo!)) que culminará con la realización de Los Angeles 2028. Mientras tanto, a disfrutar de los Juegos Paralímpicos 2024 en la misma sede de ensueño. #AsíSea
Fuente externa: Fan Datos de CID Consultoría