Lo que difícilmente ocurriría en cualquier otro país del mundo que se precie de ser un país de leyes, es que un juez emita una sentencia absolutoria como la que Carlos López Cruz dictó para absolver a Raúl Salinas de Gortari del delito de enriquecimiento ilícito.
La resolución del juez de Distrito es a todas luces insostenible. ¿En qué cabeza cabe que Salinas de Gortari podría haber adquirido 41 inmuebles con los ingresos que percibió como funcionario público?
Y es que tampoco se sacó la lotería.
La sentencia simplemente es injusta y escandalosa.
Y más aún cuando más de 61 millones de mexicanos no tienen ingresos suficientes para adquirir la canasta básica, así como para sufragar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación.
De acuerdo con los datos oficiales de la Coneval el 52.3 por ciento de la población sufre pobreza patrimonial.
Una nueva oportunidad para AMLO
Si lo que querían los perredistas era diferenciarse de Andrés Manuel López Obrador, lo lograron. Sobre todo ahora que el tabasqueño dijo que va solo con Morena por Pemex.
Y es que, para bien o para mal, el tabasqueño y los que lo apoyan son la única oposición real que hay en México.
Habrá que ver si la mayoría de los mexicanos está de acuerdo en pagar más impuestos para que el monopolio público que hoy es Pemex, se convierta en un oligopolio semi-privado.
Y más aún cuando todo indica que la tan cacareada Comisión Anticorrupción parece ser cosa del pasado, en tanto que cada día estallan más escándalos como los de los manejos de los chicles de Ernesto Cordero, así como los de los dispendios de los exgobernadores Andrés Granier, Juan Sabines, y Luis Reynoso Femat.
Y eso sin contar el efecto de la inoportuna absolución de Raúl Salinas de Gortari.
¿Cómo tomará la gente un aumento de impuestos en un contexto económico de desaceleración y en el que no se ve por ningún lado que haya más empleos?
Acto desesperado
La reunión de las “fuerzas vivas michoacanas” con el secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong fue interpretado por muchos como un intento desesperado del gobernador interino Jesús Reyna para continuar en un cargo para el que no fue electo.
