Pacquiao y su marca noqueadora

El corte de carne al descubierto emite un grito sin sonido desde el cartel. La sangre fresca circundante completa la promesa. Hay carnicerías sobre el ring que se lamentan y otras que dejan dinero e inspiran a otras debajo de éste para sacar adelante a muchas familias.

El póster muestra los diferentes pedazos de fibras carmesí que prometen sacar chispas al momento de freír. El reto es que conserven su jugo. La ‘Carnicería Pacquiao’ muestra la figura de ‘Manny’, con la guardia levantada y los moretones en la cara son producto del líquido hemático salpicado.

Así se anuncia en Facebook la carnicería del mercado de San Bartolo, Naucalpan. Carne de res y de cerdo, un producto 100 por ciento natural, con lo que aseguran, el clembuterol no está invitado a la mesa.

El local cerró ya casi dos años por la pandemia, dice un locatario vecino. Coincidencia maléfica o no, el mismo tiempo que tardó el filipino en volver a la actividad boxística profesional para quedar obligado quizás a cerrar la cortina de forma definitiva.

Enfrentó la noche del 21 de agosto al cubano Yordenis Ugás, por el título welter en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada, en la pelea 82 de su carrera que data ya de un cuarto de siglo.

Las manchas en el rastro no fueron esta vez generadas por el hacha carnicera. La diestra del isleño hizo mella en el carismático filipino, sobre todo en los últimos dos episodios antes de llegar a la cuenta en las tarjetas de los jueces que arrojó un filoso dictamen: Ganó Ugás por decisión unánime.

A los sus 42 años de edad (cumplirá los 43 el 17 de diciembre), Emmanuel Dapidran Pacquiao –o mejor ‘Manny’ o ‘Pacman’, para los cuates– es una reliquia vigente del pugilismo que se niega aún a ser recordado como leyenda.

Cuando parecía que en un duelo parejo podría servir su encanto para desnivelar la balanza en los registros de puntuación, apareció el gancho diestro del oponente para estropear el deseo colectivo sediento siempre de ídolos y aferrándose a los rastros que aun quedan como el polvo.

EN OTRA DIMENSIÓN

Tras 25 años de carrera con marca de 62 victorias, 39 de ellas por nocaut, siete derrotas y dos empates, Pacquiao es uno de los nombres más ilustres escritos sobre el ring mundial de todos los tiempos. Conocido también como el terror de los mexicanos, despedazó a todos los que pudo, salvo a Erik ‘El Terrible’ Morales y Juan Manuel Márquez.

Con Morales hubo la necesidad de enfrentarlos tres veces: la primera fue en 2005, ganada por ‘El Terrible’ por decisión unánime y tendrían que pasar siete años para que Pacquiao volviera a perder. Las dos finales en 2006 las ganó el oriental por KO.

Pero el pleito más encarnizado fue contra Márquez, que dejó un empate en 2004, mientras que en 2008 y 2011 ‘Manny’ ganó por decisión dividida y la de 2012 que queda como uno de los episodios más gloriosos del boxeo mexicano, cuando Juan Manuel noqueó al filipino en el sexto round con aquel derechazo al mentón que lo mandó de bruces a la lona, dejó fuera de este mundo cerca de 10 minutos al entonces mejor boxeador kilo por kilo del planeta.

Ahora, en el 2021, un personaje de cuento, capaz de ganar 12 títulos en ocho divisiones distintas, cerca estuvo de conseguir el número cabalístico de cinturones. Pero para un hombre como él la mala suerte no existe.

ENTRE MILLONES

Aunque Forbes ha revelado que Pacquiao llegó a contar con una fortuna de 490 millones de dólares, según Celebrity NetWorth su patrimonio neto está calculado en 220 millones de billetes verdes, justo hasta antes de la pelea contra Ugás, donde ganó 25 millones, producto de su bolsa garantizada de cinco millones más la parte proporcional de Pay Per View total, proyectado en 20 millones.

Una investigación de Deportes Inc arroja que en su declaración de bienes de 2016 indicó que su fortuna neta ascendía a 61 mil 268 millones de dólares distribuidos en bienes raíces (46%), dinero, joyas y casas (43%), autos (4%) y negocios (7%).

También comparte que tiene casa en el adinerado barrio de Beverly Hills, de 12.5 millones y en Hancock Park de 2.17 millones, entre otras, con inversiones

Manny ha invertido su dinero en las empresas Gtoken, Waterotor Energy Technologies y One Championship.

Además, Pacquiao formó Group of Companies, encargada de operar hoteles, su colección de autos incluye un Ferrari 458 de 255 mil dólares, más un Porsche Cayenne Turbo, Mitsubishi Pajero, el Lincoln Navigator, una Hummer, Cadillac Escalade, Mitsubishi Grandia y un Mercedes-Benz SL 550 valuado en 100 mil unidades de la divisa estadounidense.

Como la naucalpense ‘Carnicería Pacquiao’ hay en el mundo diversos negocios con el apelativo del gran púgil, la mayoría sin ser marcas registradas, pero que aprenden a vivir a pesar de los golpes de la vida.

LA POLÍTICA

Por si no le bastaran los impactos recibidos sobre un cuadrilátero, Pacquiao desea subirse a desafiar los que un escenario siempre artero como el de la política.

Senador por el Partido Demokratiko Pilipino-Lakas ng Bayan (PDP-Laban) contenderá por las elecciones a la presidencia de su país el 9 de mayo de 2022, para suceder en el cargo a Rodrigo Duterte, con quien sostiene una lucha rasposa, como las que le gustan en el deporte.

De hecho, ‘Manny’ fue nombrado presidente de su partido en diciembre de 2020, pero en julio de este año fue expulsado del cargo cuando él cuestionó el faltante de un presupuesto manejado por el mandatario, desveló Los Ángeles Times.

El martes anterior a la fecha de su duelo de regreso, el filipino recibió el mensaje de su adversario original, Errol Spence Jr., que debió declinar el desafío porque le diagnosticaron un desgarro en la retina de su ojo izquierdo.

Fue entonces cuando apareció la figura del cubano Ugás, siete años más joven, y quien en principio participaría en una preliminar en el mismo cartel. Se gestó entonces la batalla emergente que en Filipinas pensaban que era para tener una inyección de popularidad rumbo a los comicios.

La fuerza interior de ‘Pacman’ quizá se debe, según lo ha dicho él en diferentes ocasiones a que procede de una familia muy pobre, tanto que tuvo que pasar su niñez bajo techos de cartón. Por eso es que aprendió a sobrevivir y pelear para defenderse desde corta edad.

Junto con su esposa Jinkee maneja la Fundación Pacquiao para apoyar a los infantes rescatados de la pobreza extrema y les ofrece becas para estudiar.

Mucha gente se pregunta por qué siempre antes de cada actuación boxística acude a una esquina para hincarse, y es porque agradece a Dios la oportunidad de seguir vivo y de ayudar a sus seres queridos.

El trayecto de ‘Manny’ pudo haber acabado sobre un ring profesional, pero continúa en otros frentes de ataque que reclaman su efigie guerrera.

Es la marca ídolo en pleno, que no olvida su misión en el mundo terrenal: ser admirado por millones de fans exige también sostener un peso importante que debe calibrarse con el valor del ejemplo.

El boxeo de sombra no acabará para él en lo que le quede de vida.

Fuentes externas: Los Angeles Times, Deportes Inc, Columnas del autor en El Heraldo de México, MedioTiempo.com, y Fan Datos de CID Consultoría

¿Quién es Héctor Quispe?

Periodista y consultor. Dirige CID Consultoría, casa de soluciones en cifras y contenidos enfocados en el fan y su identidad; es MBA en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas, por la Universidad Europea de Madrid; tiene la especialidad de Periodismo Deportivo, por el Programa Prensa y Democracia de la Universidad Iberoamericana. Coordina el Diplomado de Periodismo Deportivo Digital en la Escuela Carlos Septién García, y da clases en el de Marketing and Communication for Sports Brands, en la Universidad Anáhuac. Su análisis es consultado por diferentes medios en torno a negocios y deporte: Playboy México, Red Forbes, MedioTiempo, Expansión, El País, Fox News, Telemundo, Foro TV y TUDN, entre otros, además de que funge como Sénior Editor en el diario AM de Querétaro y la página análisis político SonPerfiles.com desde noviembre de 2020. Es coautor del libro “Cómo hacer Periodismo Deportivo. Una visión Iberoamericana”, y publica esta columna cada jueves en la multiplataforma de Reporte Índigo.