El motivo no es el espejismo del “blindaje”, que sin el velo encubridor tendido por Meade, ya muestra que la tendencia inflacionaria viene de al menos un años atrás, ni tampoco es la ilusión de un supuesto manejo responsable azul, el cual es desmentido por muchos miles de millones de dólares, que sostenidamente han salido del país en los últimos años. Fue más lo que salió que lo entró.
Durante una década el manejo albiceleste resultó premiado en simulación y maquillaje de cifras, mientras los financieros hacían política, esto ya salta a la vista.
Nos guste o no, son los rendimientos de los instrumentos denominados en pesos, los cuales son atractiva y segura inversión, combinados con una torpe política cambiaria que emprendió hace más de dos años Carstens, a la cual no se podrá dar reversa de la noche a la mañana.
En todo el mundo se sabe que en los meses previos e inmediatos posteriores a las elecciones, a México le da por no perder la confianza de los inversionistas extranjeros, y para ello, está dispuesto a todo.
Sí, urgen acciones inmediatas, para evitar que los flujos intempestivos se apoderen del pandero.
Pero ahora sale Agustín con que será presidente del Comité Económico Consultivo y de la Reunión de la Economía Mundial, en el BIS, por un periodo de tres años contados desde julio, sin embargo, la Constitución en su artículo 28 indica que, los miembros de la junta de gobierno no podrán tener ningún otro empleo, cargo o comisión, con excepción de aquéllos en que actúen en representación del banco y de los no remunerados en asociaciones docentes, científicas, culturales o de beneficencia.
En tal posición no podrá asumir postura como gobernador del banco, ni conducirse bajo los intereses de nuestro instituto central, por lo que no hay que ser genio para concluir que no lo hace en representación del Banco de México, sino con motivo de la membresía del mismo, que, para ser claros, no es lo mismo. No actuará sino como burócrata internacional, lo cual le está prohibido.
Pero su inevitable gusto por el reflector, lo distraerá de su labor, la cual ciertamente no ha sido exitosa. Dice que el crecimiento de la inflación es pasajero, como lo es su cargo, pero, el efecto en los que menos tienen, llegó para quedarse.
El poder adquisitivo de los mexicanos, incluido el del salario, es el eje último de control inflacionario, el cual desde que llegó a la SHCP y en forma continuada, desde que regresó al BM, mucho deja que desear.
Necesitamos que se cumpla el mandato constitucional y contar con un gobernador de tiempo completo, que sirva sólo a los mexicanos.
Regocijémonos del premio de consolación a su sonora derrota en el FMI, mientras buscamos un sustituto.