Ojalá y ahora sí

A la tercera va la vencida, dice el refrán y ojalá que esta vez el gobierno federal sí pueda poner en paz tanto a los Caballeros Templarios, como a los llamados grupos de autodefensa, en Michoacán.

Y es que tan sólo es cosa de recordar que el 21 de mayo del año pasado, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong anunció también en Michoacán la puesta en marcha de un fuerte operativo a cargo directamente del secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos. 

¿Y qué fue lo que pasó a tan solo dos días de haberse iniciado el operativo? 28 militares fueron tomados como rehenes por la población de Tomatlán, obligando al gobierno a negociar. 

Tres meses después, para el 22 de agosto, las cosas en Michoacán estaban iguales, o peor. 

Y el secretario Osorio Chong regresó a Michoacán. En esa ocasión para decir que el Gobierno Federal no podía permitir que quienes “transitan con armas que son para uso exclusivo del Ejército, estén en las comunidades”.

A ver si ahora sí, en este tercer anuncio, el gobierno federal puede lograr que los grupos de “autodefensa” regresen a sus lugares de origen y depongan las armas. 

Y es que si el gobierno de Enrique Peña Nieto vuelve a fallar otra vez en Michoacán, podría llegar a acabar con la poca credibilidad que le queda en materia de seguridad nacional. 

Ni para dónde hacerse

Si el viernes pasado el diputado Luis Alberto Villarreal y su amigo Gustavo Madero todavía tenían alguna escasa posibilidad de no salir muy dañados con el misil que les lanzó Ernesto Cordero, con la filtración difundida ayer del alcalde de Celaya, la situación de Madero y Villarreal se tornó aún más complicada. 

Y es que en la nueva grabación se escucha decir a Ismael Pérez Ordaz, presidente municipal de Celaya, que los 160 millones de pesos de donde saldría una presunta mochada, llegaron “promocionados” por las fuerzas políticas de la “cúpula” panista de San Lázaro, con la “consigna” de que las autoridades municipales de Celaya contrataran a una constructora designada por ellos, inflando en un 35 por ciento los costos de las obras. 

¡Qué pena por el diputado Luis Alberto Villarreal, por el presidente del PAN Gustavo Madero, y por el Partido Acción Nacional! 

Obviamente sin que esto salve al senador Ernesto Cordero.