Nuestros tres rivales

El domingo en Fortaleza nuestra selección saldrá a derrotar a tres durísmos rivales al mismo tiempo: la Holanda favorita para llegar a la final, a la historia alcanzando el quinto partido y, principalmente, al tenebroso arbitraje mundialista. 

No me retracto

Deseo con fervor que nuestra selección alcance el quinto partido, que se nos viene como fantasma desde 1994. No sería ni ante un flanecito ni mucho menos ante un “equipo sorpresa”, como ahora ocurre con Costa Rica, que se convierten en el “Cenicienta del Mundial”. 

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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El domingo en Fortaleza nuestra selección saldrá a derrotar a tres durísmos rivales al mismo tiempo: la Holanda favorita para llegar a la final, a la historia alcanzando el quinto partido y, principalmente, al tenebroso arbitraje mundialista. 

No me retracto

Deseo con fervor que nuestra selección alcance el quinto partido, que se nos viene como fantasma desde 1994. No sería ni ante un flanecito ni mucho menos ante un “equipo sorpresa”, como ahora ocurre con Costa Rica, que se convierten en el “Cenicienta del Mundial”. 

Hace ocho años la situación se nos presentó idéntica, aquel golazo de Maxi Rodríguez, ya en tiempo extra, manda un tiro cruzado a Oswaldo Sánchez y el Tri de Lavolpe se regresa a casa con la sensación de saber que esa vez sí estábamos cerquita. 

En Sudáfrica, Argentina lucía más poderosa que México. Íbamos parejos hasta que el árbitro nos acuchilla, dando por bueno un gol de Carlos Tevez en offiside… ¡y a casa de nuevo! 

En Japón 2002 también nos echaron, fueron los gringos cuando los nuestros llegaron con cierta “confiansudés”, pero sobre todo con el grupo partido. Se notaba aquella triste tarde en Jeonju, Javier hace cambio rarísimo buscando el revulsivo y… ¡a casa!

Con el Tri de Manolo, en Francia, no supimos sostener una ventaja sobre los alemanes que cumplen el viejo axioma holandés: “si a los alemanes los tienes, mátalos, sino ellos te matan a ti”. 

Todavía nos duelen las muelas de aquella falla del “Matador” Luis Hernández, injusto desde luego, porque Luis nos dio mucho.  

Antes, en Estados Unidos 94, el Tri de Miguel Mejía Barón califica y ante Bulgaria viene aquella leyenda de los cambios que perversamente Hugo se ha encargado de denostar a Miguel.

Esa es la historia a la que hay que vencer. 

A Holanda…

No hay más qué decir, todo está dicho y analizado. Trae un trabucazo que se ha sabido sostener incrustando nuevos jugadores a las figuras establecidas,  figurones capaces de resolver a su favor, un juego nivelado a base de talento individual, con los pies bien puestos en la tierra,  es uno de mis favoritos.

No me retracto, ellos son favoritos, pero los de Miguel Herrera tienen capacidad para retarlos y superarlos si mantienen ese ritmo impresionante basados en un excelente condición física, una enorme motivación y esa convicción absoluta a lo que “El Piojo” les pide, ahí están nuestras fortalezas, mientras no perdamos concentración absoluta. 

Al arbitraje

No hay mucho más que agregar. Ante Camerún le roban dos goles legítimos a Gio. Ya que FIFA corra a este abanderado no nos ayuda en nada, ante Brasil reconozco que fuñe el día de Memo Ochoa, ante Croacia nos roban dos penaltis en la misma jugada, otra vez el árbitro es sancionado pero tampoco nos ayuda en nada.

El antídoto en los dos casos fue maravilloso, no decaer anímicamente y seguir y ¡tienen con qué!

No firman nada

Alemania y “mis” gringos salen a mantener su status de calificación que asegurarían con un empate o con pocos goles recibidos por el que perdiera tomando en cuenta que Portugal, después de la goleada de miedo que les pega Alemania (0- 4) en el primer juego debería golear a Ghana o viceversa para esperar el resultado aquí en esta lluviosa Recife. Nada fuera de lo normal ocurre, Klinsmann y los suyos no firman nada.

Los Alemanes de Low tampoco, son dos mentalidades y dos grupos que jamás ceden ni un centímetro ni mucho menos dejan de pelear un segundo, claro, nunca a lo tonto, siempre procurando mantener sus objetivos que esta lluviosa tarde eran muy claros, sostener la clasificación con prudencia y precaución, un gol de Miroslav Klose es lo único que vale la pena de este juego y de este larguísimo viaje por estas carreteras tan difíciles,  a los brasileños nadie les ha dicho que los letreros de los caminos son indispensables para mantener la ruta.

Además del gol alemán, el uniforme alterno que sacan para el segundo tiempo es soberbio, elegante, debido a la lluvia cambian el negro total con vivos amarillos a la ”Adidas” por uno alterno que sería el alterno del alterno, tomando en cuenta que el jersey blanco – short negro – medias negras es el tradicional, este “alterno del alterno” hace olvidar el verde tradicionalmente segundo uniforme, es negro con dos anchas rayas rojas horizontales, short negro, muy vistoso.

Portugal de Cristiano Ronaldo sale por la vía de la vergüenza, sin hacer ruido. Cierto, vence a Ghana, pero no alcanza, se va a casa con todo y maletas y Cristiano sufre no solo por la eliminación prematura sino por el golpe a su orgullo.

¡Y todavía lo defienden!

La agresión de Luis Suárez a Giorgo Chellini no es ni de roja ni de amarilla: es de cárcel y psiquiatra.

Son ya tres las agresiones canibalescas similares que le conocemos, probablemente de niño tuvo muchas más, de jovencito también pero no sabemos ni cuántas ni cómo, seguramente también su indiscutible talento futbolero hizo que se las “taparán”, que se las “perdonarán”, que se las dejará pasar con un simple castiguito.

Estas son las consecuencias, un jugadorazo víctima no solo de su mala leche, de su mal temperamento sino de su soberbia insoportable que le hace sentir que puede hacerlo todo.

El castigo de FIFA es ejemplar y bien puesto, la Federación Uruguaya hace lo que puede por defender su causa. 

Luis es un indispensable en esta selección y en cualquier equipo, sus compañeros se solidarizan pero de nada sirve.

Lo que no es entendible es que en Uruguay hasta su presidente lo defienda cuestionando a FIFA.

Las pruebas lo encueran ahí delante de todos, y Luis Suárez no entiende ni entenderá jamás el daño que le hace a su equipo, traicionando la devoción futbolera. 

El Liverpool sale perjudicado y él mismo sale raspadísimo. Las multas y lo que dejará de ganar se traducen en cientos de miles de dólares. Sin duda, el daño fue más allá de lo que pensaba.

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