No te quedes con el veneno
Nuestro cuerpo está perfectamente diseñado para reaccionar en situaciones de peligro o estrés liberando hormonas como cortisol y adrenalina para nuestra sobrevivencia. Éstas promueven energía extra al organismo ante una situación de emergencia para poder huir o pelear dependiendo de la necesidad.
Pero, ¿qué pasa cuando no huyes ni peleas? Toda esta secreción de hormonas se queda en tu cuerpo y, al no ser eliminadas, se convierten en veneno para ti. Por eso dicen que el estrés enferma.
Annette ManautouNuestro cuerpo está perfectamente diseñado para reaccionar en situaciones de peligro o estrés liberando hormonas como cortisol y adrenalina para nuestra sobrevivencia. Éstas promueven energía extra al organismo ante una situación de emergencia para poder huir o pelear dependiendo de la necesidad.
Pero, ¿qué pasa cuando no huyes ni peleas? Toda esta secreción de hormonas se queda en tu cuerpo y, al no ser eliminadas, se convierten en veneno para ti. Por eso dicen que el estrés enferma.
Los animales cuentan con este mismo mecanismo, cuando viene una situación de peligro y se ven amenazados por un depredador su organismo reacciona bioquímicamente para que puedan luchar o huir.
Supongan que unas cebras se encuentran tomando agua en un estanque, en eso llega un león y se ven amenazadas, ellas huyen o luchan, pero una vez pasado el peligro pueden regresar al mismo estanque a tomar agua ya totalmente libres de adrenalina y cortisol.
En cambio, los seres humanos nos quedamos con el león en la mente y recreamos la situación de peligro como si el león estuviera tras de nosotros todo el tiempo.
El cuerpo reacciona a esa mente que sigue enviando señales de peligro y por lo tanto sigue activando el sistema de emergencia y generando estrés, reduciendo tu potencial cerebral, dañando su organismo, apagando el sistema inmune y provocando inestabilidad emocional.
Lo mejor sería no estresarse. En este espacio les he compartido diversas formas de encontrar la paz y tratar de no perderla, pero sé que a veces es inevitable y se me hizo interesante recordarles que liberar el estrés, es la manera más fácil de mantenernos sanos física y emocionalmente.
Es importante primero reconocer cuál es la verdadera causa de tu estrés porque, a veces, ni siquiera somos conscientes de lo que en realidad nos está afectando.
Por ejemplo: el simple hecho de decir “NO” nos puede causar estrés. No puedes hacer todo lo que te pidan así que, ¿por qué fingir que sí puedes?
Cuando decimos sí a todo, vivimos estresados haciendo lo que no queríamos o quedando mal por no hacerlo. Creo que eso es más estresante que decir “no” desde un principio y quedarnos en paz. Decir “no sé”, “no puedo”, “me gustaría hacerlo diferente” es válido, sano y está bien.
A veces no nos damos cuenta que el simple hecho de ver noticias en la tele nos causa estrés. Estar preocupados por lo que pasa en el mundo no soluciona nada, mejor apaga la tele.
Convivir con gente negativa que sólo habla de tragedias o enfermedades y se la pasa quejándose también estresa y es tan fácil ponerle fin a eso colgando el teléfono o yéndote de los lugares donde los temas no te dejan nada bueno.
Creo que con lo propio y lo cercano es suficiente.
Cada quien debe tener su manera más práctica y útil de liberar el estrés, pero puede haber quienes piensan que tienen que vivir en el Tíbet, escalar el Everest o pegarle a una pared hasta romperla para poder liberarlo y no es así.
Haciendo cosas tan simples como aplicar presión entre el segundo y tercer nudillo de la mano genera una sensación de calma al instante.
Hablar con alguien y desahogarnos a veces es un buen remedio y puede ayudar a que veas las cosas de otra perspectiva y te sientas mejor. Está demostrado que tener sexo es una de las mejores formas de liberar tensión y estrés; aunque es lo último que se te ocurre cuando tienes la cabeza llena de cosas que te preocupan, pero piénsalo, el sexo puede bajar la presión sanguínea, liberar estrés y dolor.
Escuchar música, cambiar tus pensamientos a positivo, reír, llorar, gritar, hacer cualquier tipo de ejercicio, meditar, confiar, aceptar, etc., todo esto baja tu miedo y por lo tanto tu estrés.
“Cada día tienes una opción: practicar el estrés o practicar la paz”, dijo Joan Borysenko.
El 85 por ciento de tus preocupaciones NUNCA SUCEDIERON. Michele de Montagne dijo: “Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron”.