No son el Pingüino y el Guasón

Con tremenda sorpresa escucho las declaraciones de nuestro “Tri B” en relación al juego de esta tarde contra la Selección Chilena, anfitriones del torneo y por ende protegidos hasta donde los límites de la sutil línea que lo convertiría en descarado lo permitan.

“Nada es imposible”, dice nuestro porterazo y hoy capitán por la baja de “Rafa” por lesión, José de Jesús Corona, ¿o sea que ganarle a la Selección de Chile sería más que una hazaña?

Si esa es la mentalidad se parecen no a Batman, sino a Robin, el de la identidad dudosa, cuando le mencionan al Guasón y al Pingüino.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Con tremenda sorpresa escucho las declaraciones de nuestro “Tri B” en relación al juego de esta tarde contra la Selección Chilena, anfitriones del torneo y por ende protegidos hasta donde los límites de la sutil línea que lo convertiría en descarado lo permitan.

“Nada es imposible”, dice nuestro porterazo y hoy capitán por la baja de “Rafa” por lesión, José de Jesús Corona, ¿o sea que ganarle a la Selección de Chile sería más que una hazaña?

Si esa es la mentalidad se parecen no a Batman, sino a Robin, el de la identidad dudosa, cuando le mencionan al Guasón y al Pingüino.

En descargo a “Chuy” no podemos cegarnos al hecho irrefutable que en los tres juegos ante Perú, Brasil y Bolivia, los nuestros no anotaron ni un triste golín, es más, el gol ante Perú es autogol, un regalo peruano, y ante el debilón y muy limitado Bolivia, un solo disparo a la portería. 

El mejor jugador de los dos equipos en ese tristísimo 0-0 fue el propio J.J. Corona con ese paradón de miedo que nos regresó el alma al cuerpo.

Espero, deseo, casi casi exigimos que el equipo salga esta tarde con el cuchillo entre los dientes a pelear cada palmo de terreno, cada pelota, chutar de lejos, no esperar llegar al área rival y cederla al compañero en ese zafarse de la responsabilidad a la gloria o al ridículo bien visto. 

Ellos sí pueden

Paraguay hace la hombrada de quitarse los fantasmas del miedo para alcanzar a la aplanadora argentina que les había pasado por arriba toda la primera parte y el arranque de la segunda.

La aplanadora encabezada por Lionel Messi trae, ahora sí, un trabuco al que nada le duele, desde el portero Romero que si se descuida ahí está Nahuel Guzmán, el de Tigres para levantar la mano, Marcos Rojo, del Manchester United, el lateral que domina el incorporarse por la banda izquierda, Nicolás Otamendi (Valencia), la dupla del Manchester City, Pablo Zabaleta y Martín Demichelis, Javier Mascherano del Barça, Ever Banega (Sevilla) Angel Di María (Manchester United), Javier Pastore (París Saint Germain) y adelante acompañan a Messi el Kun Agüero (Manchester City), Carlitos Tévez (Juventus), Gonzalo Higuaín (Nápoles).

Con este plantel de miedo…

Paraguay metió el camión

Los dirigidos por el argentino Ramón “Pelado” Díaz, de malos recuerdos para el América, saltó a la cancha no con precaución o miedo sino con pavor. Los argentinos llegaban por todos lados, les apedreaban el rancho desde cualquier lugar, el 2-0 le salía barato a este grupo de muchos veteranos con una sólida base de jugadores de nuestra Liga MX encabezados por el veteranazo Paolo Da Silva. 

Por ahí el americanista Samudio comete dos errorsotes que cuestan los dos goles de Argentina, uno de ellos cuando en un regate en media cancha con Lionel Messi, se apanica y manda el balón desde muy lejos, retrasándolo al portero sin darse cuenta que por ahí rondaba el Kun Agüero que roba, se saca al portero y anota a zagüan abierto. 

Después el mismo Samudio comete penal que cobra el Maestro MESSI, 2-0 y muchas fallas dejan vivo a Paraguay para irse al descanso con la vergüenza en el rostro.

Corazón por delante

Por ahí del 15’ del segundo tiempo, algo se dicen entre ellos botando la actitud medrosa para sacar casta, mística y corazón por delante hasta alcanzar a los argentinos del “Tata” Martino, el mismo técnico argentino que fracasara en Barcelona después de el más exitoso paso de la Selección de Paraguay en toda su historia, culminando en Sudáfrica 2010.

Ramón Díaz saca al siempre apático a la hora de los fogonazos, Roque Santacruz, el mismo que hasta hoy ha pasado de noche en CRUZ AZUL, y ahí el equipo cambia, los paraguayos se atreven, se sueltan, pelean todas, un tirazo de Haedo es el descuento y ya por ahí del 90 Paolo Da Silva pone un pase largo a Lucas Barrios que anota el empate.

Nuestro ‘Tri B’ 

Dejemos de lado el chocante grito de “loosers”, el “SÍ SE PUEDE”, también las cómodas excusas de ser el “TRI B” para salir con el cuchillo entre los dientes y pelear los 90 minutos a tope hasta con el arbitraje localista, lo demás llega solito… Así de fácil.  

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