No sé
¿Sabes cuál es la mayor causa de tu sufrimiento? La arrogancia de creer que sabes.
Vivimos en la constante ilusión de que sabemos y conocemos las causas por las que pasan las cosas.
Creemos en la cultura, en la educación que nos dieron, en los medios de comunicación, en la ciencia o la religión y también en los expertos.
Estamos convencidos de que entre más sabemos más valemos, entre más sabemos mejores somos, pero ese sello de arrogancia de saber, es característico del ego.
Annette Manautou¿Sabes cuál es la mayor causa de tu sufrimiento? La arrogancia de creer que sabes.
Vivimos en la constante ilusión de que sabemos y conocemos las causas por las que pasan las cosas.
Creemos en la cultura, en la educación que nos dieron, en los medios de comunicación, en la ciencia o la religión y también en los expertos.
Estamos convencidos de que entre más sabemos más valemos, entre más sabemos mejores somos, pero ese sello de arrogancia de saber, es característico del ego.
“Al creer que sé, me niego a aprender, lo cuál significa cambiar ni percepción. Esto solo puede cambiar una vez que he reconocido que NO SÉ”, dijo Jorge Lomar.
La ilusión de que sabemos la verdad y tenemos la razón indica que no necesitamos aprender nada y por lo tanto cerramos la puerta a nuestro maestro interno.
Los expertos creen conocer las causas de lo que pasa en el mundo, pero siempre de acuerdo a su marco teórico, pero las verdaderas causas siguen siendo un misterio, no sabemos nada.
El conocimiento del mundo promete hacerte feliz, pero no lo hace.
En el momento que reconoces profundamente que no sabes, es un instante de pura desprogramación, en el cual te liberas del pasado, de la cultura, de la genética, de toda tu historia y de todas las historias del mundo.
Di “no sé” respira y siente, no importan esas dos palabras si no el instante de presencia sin condiciones, ese instante liberador donde el tiempo no pesa.
Cuando percibes que no sabes, te asustas mucho, pues según el sistema de pensamiento, sientes que, sin conocimiento no puedes controlar la situación y te encuentras indefenso ante el peligro.
La mente programada prefiere suponer, adivinar, investigar, predecir, comprar seguridad o fabricarla, todo antes de reconocer que no sabe, prefiere vivir ilusiones que entrar en el pánico de perder el control.
No puede entender que, precisamente, es necesario reconocer que no sabes para abrirte a saber la verdad.
Reconoce que no sabes y regresa al presente. Al hacerlo te sitúas en la humilde actitud requerida para escuchar a tu maestro interno, quien gustosamente te llevará de la mano a la auténtica sabiduría.
Lo único que te puede hacer sufrir es un pensamiento o una percepción equivocada, suéltalo y di “no sé”, así te vacías de falsas ideas y aceptas la ayuda de la comprensión (la parte sabia de tu naturaleza espiritual).
Cuando dices “no sé”, sintonizas con la mente humilde en ti que sabe que no sabe, das un salto de conciencia y te pones a disposición del Maestro del Amor.
Decir “no sé” es dejar de juzgar, dejar de querer tener la razón, no lo uses para rechazar a los demás cuando te preguntan algo, ésta es una práctica interna para desaprender todas las ideas falsas.
Se trata de reconocer que no sabes y, a la vez, que deseas saber la verdad, porque lo que sí sabes que es sufres.
Soltar te libera del sufrimiento y cuanto mejor comprendas lo que eres, más sueltas tu imaginaria necesidad de saber.
Maestro: Te entrego mis pensamientos, mis creencias, suelto mi confusión, te doy mi pasado y te entrego mi futuro, te entrego mi mente. No decidiré yo lo que ha de ser, decídelo Tú pues yo NO sé Nada.