No más PAN duro
La verdad es que no deja punto en el país en el que el narco no haya sentado sus reales.
Mostró tener el autoritarismo policiaco de Díaz Ordaz, la demagogia económica de Echeverría y la fantasiosa verborrea de López Portillo,.Calderón fue en tan sólo seis años, un tres en uno.
Dice en sus “spots” que no tiene duda que las cosas están mejor, cuando en realidad lo que no tiene es vergüenza ante más de 50 millones de mexicanos en la pobreza, no obstante que sus amañados mercenarios vinieron cambiando la definición de esa condición a lo largo de esta gestión.
Gabriel Reyes OronaLa verdad es que no deja punto en el país en el que el narco no haya sentado sus reales.
Mostró tener el autoritarismo policiaco de Díaz Ordaz, la demagogia económica de Echeverría y la fantasiosa verborrea de López Portillo,.Calderón fue en tan sólo seis años, un tres en uno.
Dice en sus “spots” que no tiene duda que las cosas están mejor, cuando en realidad lo que no tiene es vergüenza ante más de 50 millones de mexicanos en la pobreza, no obstante que sus amañados mercenarios vinieron cambiando la definición de esa condición a lo largo de esta gestión.
Poca gente sabe que mediante ilegales transferencias y reasignaciones, casi 2 mil millones de pesos se distrajeron de partidas que constitucionalmente se asignaron para alivio de la pobreza, entregándolos a dependencias oficiales para desplegar una campaña publicitaria que sonrojaría a Goebels y al régimen hitleriano.
El atraco tiene su culmen en la casa de la segunda dama, donde el absurdo gasto se elevó al igual que las ficticias cifras sobre visitantes a nuestro país.
Señala que estamos de pie tras la peor crisis internacional, sin aclarar que hay consenso internacional respecto a que el gobierno mexicano fue el que peor afrontó tal episodio en el continente americano.
Medidas que no fueron contra cíclicas, acabaron siendo contra lógicas, llevándonos a la peor caída del PIB del México moderno.
No hay registro nacional de víctimas, ni transparencia en la integración de activos en la reserva del banco central, siendo ésta un cobijo de operaciones del sesentero “window dressing”.
El secretario de salud, tras un par de años de experiencia en una dependencia de tercer nivel burocrático, así como unos cuantos años en una modesta posición de consultor en una de las peores gestiones de Michoacán, propala en improvisados infomerciales – desde una posición ganada sin méritos- que la agonizante peripecia que protagonizaron fue “el sexenio de la salud”, no obstante que acabaron con el futuro actuarial del sistema de salud, y que los negocios inexplicables rebozan en la oficina pública a su cargo.
Las medicinas solo las ven los mexicanos en los promocionales oficiales, porque en los institutos siempre están por llegar.
Las reservas y disponibilidades financieras de las secretarías y entidades paraestatales fueron dedicadas a promover proyectos privados de provecho particular, jineteando con el subejercicio la escaza posibilidad de mejoría económica de millones de mexicanos.
En tanto, Ferrari amenaza a los distribuidores de huevo, cuando la tardía acción gubernamental tras la pandemia avícola es la verdadera causa del alza del precio. Su ineptitud es del tamaño de su desconocimiento del abasto de perecederos, donde las comercializadoras y almacenadoras imponen los precios. Su impericia permitió que demagogos hayan hecho su agosto, vendiendo básicos con cargo a recursos públicos., haciendo del oportunismo vestimenta de izquierda en pos de nuevas elecciones.
En tanto, el buen hombre, Lujambio, es usado como atracción parlamentaria, dando al panismo su verdadera faz, capaz de medrar con el sufrimiento humano. La empatía que genera el ex funcionario debe ser del tamaño de la reprobación del exhibicionismo legislativo. Sí, el parche en el ojo lo deben portar esos legisladores piratas que nos impuso el PAN duro.