No a las reformas descabelladas

Las reformas que serán enviadas desde Palacio Nacional, ponen en riesgo la estabilidad política, social y económica del país
Josefina Vázquez Mota Josefina Vázquez Mota Publicado el
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Sin la mayoría parlamentaria por parte de la oposición, México no solo está en riesgo de dejar de tener un sistema democrático, sino que además la alternancia política y el equilibrio de poderes también lo están.

Pero no solo eso, también están en riesgo la autonomía de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Instituto Nacional Electoral, el Instituto Nacional de Transparencia, la Comisión Federal de Competencia Económica, y ahora hasta los ahorros de las y los trabajadores.

Y todo ello a través de las reformas descabelladas que insisten implementar desde Palacio Nacional.

Por eso es importante que en el proceso electoral de este año la oposición logre obtener los votos suficientes para alcanzar la mayoría parlamentaria, e impedir que se hagan realidad los caprichos del presidente.

Su insistencia en enviar al Congreso una serie de reformas, una vez que comience el periodo ordinario en febrero, solo comprueba su obsesión por controlarlo todo y por hacerse de más recursos públicos. Dinero que sale de los impuestos que pagamos todas y todos los mexicanos.

Las reformas que serán enviadas desde Palacio Nacional, ponen en riesgo la estabilidad política, social y económica del país. No es una exageración, ya lo advierten los especialistas, al señalar que de aprobarse la reforma sobre pensiones, este mal gobierno podría quedarse con los ahorros de las y los trabajadores, bajo el argumento de que se jubilen con el 100 por ciento de su salario.

No es la primera vez que este mal gobierno busca hacerse del dinero de las y los trabajadores. Desde que llegó a Palacio Nacional trae en la mira las afores y se frotan las manos para administrarlas. De ahí su insistencia en reformar una vez más el sistema de pensiones.

Lo mismo de aberrante que la reforma para que las y los ministros de la Suprema Corte sean elegidos por el voto de las y los ciudadanos, ello con la intención de que el Poder Judicial quede subordinado ante el Ejecutivo.

Y todo porque las y los actuales ministros, a excepción de tres, que como sabemos son leales al presidente, han votado en contra de las reformas que violan la Constitución.

El presidente sabe bien que al no tener la mayoría absoluta en el Congreso sus reformas descabelladas no pasarán, pues afortunadamente no cuenta con los votos que marca la Constitución para hacerlas realidad, pero aun así, insiste en enviarlas para que su no aprobación pueda usarla como discurso electoral, victimizándose de que la oposición no quiere transformar el país, cuando en realidad lo que está haciendo es destruirlo.

Lo anterior me lleva a señalar que si bien nuestro objetivo es arrebatarles la presidencia, también lo es, sí o sí, obtener la mayoría parlamentaria tanto en el Senado como la Cámara de Diputados, pues solo así la estabilidad del país no estará en riesgo.

Hoy, la oposición tenemos un trabajo arduo por hacer, que consiste en informar a la ciudadanía la importancia que tiene negarles al gobierno y a su continuidad, la mayoría parlamentaria en el Congreso si queremos seguir siendo un país libre y demócrata.

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